Niñato Garsiah es uno de los MC’s que conseguía juntarnos a todos. Le conocimos cuando rapeaba los ritmos de Dani’s Beats en DaCream, cuando fue DuDe RaRo y lanzó X acabamos escuchando los temas en loop y hablando de todas las referencias de sus letras. Éramos raperos para los frikis y frikis para los raperos. Quinquis entre culturetas. Entre Tical, el freestyle en el castillo o pintar en el canal y la colección de Evangelion estaba Javier. A día de hoy, seguimos viviendo en mitad de la nada, en una transición constante hacia lo que vamos a acabar siendo. Esto es justo lo que cuenta Southside Boy.
“Javier del Futuro, ‘Regreso al Pasado’”
La dificultad que supone “empezar de nuevo, pero no de nuevas” se encuentra en intentar recuperar tu sitio sin dejar de ser lo que eres en este preciso momento. Dejar atrás una vida intentando conservar esos ratos en los que la sensación de estar a gusto te hace sentir uno más, sea verdad o no. Volver a la que era tu casa puede ser como volver al vientre de tu madre o encerrarte en una habitación del pánico.
A lo largo de sus últimos trabajos (X, Keanu y Sunboy swimming at the silver sea) el discurso repetía constantemente esa sensación de sentirse lejos de casa. Echar de menos es difícil por lo involuntario de la acción. Sin embargo, en Southside Boy parece escrito a la vuelta del exilio, Once Upon a Time in Coria. Estando fuera te sientes dentro, estando dentro no sabes muy bien cómo te sientes. Porque volver es dejar de echar de menos a quien te espera, pero también es alejarse de lo que tienes ahora.
La nostalgia sigue siendo la placa base de las letras de Javier y las letras son lo más importante del trabajo. El hecho de que todos los ritmos sean Type Beats cede espacio a lo escrito sacrificando esa idea de crear una obra de cero junto a un productor. Lo cierto es que tiene cierta lógica su decisión si tenemos en cuenta que son temas que no tenía pensado sacar a la luz.
“Quiere algo más que amor, supongo que es porque no ha crecido en el barrio”
En la vida nos persigue la sensación de salir de la ducha y tener ganas de cagar casi sin habernos secado, la de ser una Generación Escarabajo. La idea de ser un “frustrado que intenta triunfar en un país de fracasados”, del “los moros fuera pero el kebap mixto” define muy bien la impostura a la que se enfrenta alguien que vive en una adaptación constante al entorno. Es decir, irse y acabar volviendo no es malo como tal, el problema es el ejercicio que supone tener que enfrentar ambiciones con obligaciones y necesidades.
Esto deja de ser un dilema cuando volver esconde un motivo realmente importante y sabes que estás haciendo lo correcto. En otras ocasiones -o a la vez- ocurre que tampoco te ata nada a quedarte y el viaje de vuelta es más un intento de reconstruirte que un castigo. Si la nostalgia, hacer lo correcto y lo que quieres, se unen, lo único que te queda es hacer la de “Jesús agarrándose a un clavo ardiendo” aunque puede que estuvieras mejor en la cárcel de Magneto.
“’Yo te conozco de algo’’ me dice el Javi de antes, supongo que habremos coincidido en alguna parte”
Hoy, he decidido echar de menos a mis amigos -a los que voy a dejar de echar de menos en poco menos de un mes para acabar echando de menos a otras personas- comprar cerveza y escuchar Southside Boy buscando referencias. Y, aunque las hay, ese frikismo ilustrado ha perdido peso ganándolo el paseo en bicicleta y el “Ostia Garsa bro ¿Cuándo has vuelto?”. Lo que escribe Javier del Futuro ha llegado al Adri del Presente en forma de excusa perfecta para hablar de él mismo.
“Me subo a lo alto del edificio para saltar y voy parriba
debajo estaban los que pensaban que me caía
en sus caras no veo alegría
supongo que compraron palomitas en vez de llamar a la policía”
Escritor, periodista cultural y librero en la librería 80 Mundos. Codirector de todo esto. He colaborado en medios como eldiario.es o Le Miau Noir. Formo parte de la antología Árboles Frutales (Editorial Dieciséis, 2021) y Odio la playa (Cántico) es mi primer libro.