Nación salvaje: sexo, drogas y feminismo

Si entras a un bar bailando como Tobey Maguire en Spiderman 3 te van a mirar raro. Sam Levinson abre la historia con la estética de Gaspar Noé en Climax entrelazado con un intento de Godard y sus conceptos iniciales copando la pantalla. Esa pretensión genera una curiosidad que te hace esforzarte por entrar en la película esperando la misma intención por parte de la misma.

Lo cierto es que no da tanto como promete, pero trata un tema que necesita del apoyo del mainstream para calar más hondo en ciertos lugares. Con ciertos excesos de clichés, pero incomoda al poner a la altura de los ojos situaciones que se pasan por alto constantemente.

“La desnudez no es inherentemente sexual”

Nación Salvaje se puede calificar como una versión de Las brujas de Salem protagonizada por personajes cuya magia reside en las redes sociales. Recordando a Spring Breakers y La Purga, la historia de estas adolescentes se basa en la dualidad entre lo que se ve en una pantalla y lo que se ve en el día a día. Esta dualidad se extrapola al resto del pueblo y se muestra con cambios de iluminación y color de uno de los directores de fotografía más inteligentes en la actualidad, Marcell Rév.

Los movimientos de cámara pausados entre planos abiertos y los plano-contraplano constantes se mezclan acelerando la historia. Quizás demasiado. Aunque eso no evita que se entienda perfectamente el mensaje feminista muy bien adaptado a la generación millennial y posmillennial. Esto convierte a Nación Salvaje en un ejemplo de mantener un discurso modernizando las referencias y el lenguaje. A pesar de esto, excederse en dramas adolescentes provoca una aceleración del nudo que da la sensación de querer llegar al final por obligación.

“¿Por qué los tíos de mediana edad que se travisten tienen tan mal gusto para la lencería?”

Lo que está claro es que en la época de la hiperstición, las dobles vidas, el ego famélico de likes y el odio -miedo- a la liberación de la mujer, Nación Salvaje es una película interesante. Con las carencias y los excesos que recuerdan a la vida de esta generación. A ratos parece Cine gore, a ratos una obra de Cine negro cambiando al detective por un Iphone y otras una película de puro entretenimiento. Pero cuenta cosas sabiendo sacarte de tu realidad, que es lo que se le pide al cine.

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