Es la tercera vez que reseño a Manuel Mata por lo que voy a obviar absolutamente todo lo que precede a Palos o serpientes salvo por una cosa:
En Toda Hora. Manuel le habla a un niño (querido niño dos puntos) y en Se rompe una rama el niño se da la libertad de contestar. Después de leer su poesía descubrí su libro de relatos en Edieciséis y descubrí una línea finita que une El abecedario de una rosa con los otros dos libros: Manuel se toma en serio la escritura porque le encanta jugar. Números que son nombres, letras que son frases y voces que son personas. Me gustan porque dirigen, ordenan y explican cómo se deben leer aunque jamás vas a poder acabarlos.
Palos o serpientes y 500 9 U 28 son “poesía combinatoria” porque toda la poesía lo es. Es decir, el azar de todas las combinaciones (un cuatrillón novecientos cincuenta y tres mil ciento veinticinco trillones de combinaciones posibles) es solo una forma de explicar que escribir una frase y después otra siempre es casualidad. Escribir bien es pura suerte, pero el gusto y el logro de convertir algo meramente estético en un trabajo como el que consigue Manuel con sus fotografías, pinturas, poemas, relatos, textos, chistes con el WordArt, memes y regalos de cumpleaños es de ser una de las personas más importantes que he conocido nunca.
Lo que yo quería decir aquí es que Manuel y yo somos amigos por casualidad. Manuel escribe desde el amor sin nostalgia pero con memoria. Y que vamos a enseñaros algún ejemplo de las combinaciones que surgen de los libros y no se llegaron a leer el día que presentamos nuestros libros de la manita en Madrid.
En definitiva, este trabajo se resume en esta respuesta de la entrevista que le hizo Rodrigo G. Marina a Manuel en la revista Popper:
Ahora, porque es la mejor manera de entender qué poemas ha noconstruido Manuel, antes de leer estas dos combinaciones piensa una pregunta, dísela a la pantalla como Bart cuando le preguntó a la bola mágica “¿seremos amigos Milhouse y yo hasta que estemos desdentados y con las orejas llenas de pelos?” y leelos:
MERCURIO
Debajo de un manzano
aparece un Buda desnudo
que tartamudea con impotencia:
Pobre es el amor que puede tocarse.
Y la felicidad que persiste
se convierte en una barra de labios.
Y el amor lento
huele a pólvora.
U.
En una cabaña llena de humo
aparece un niño cubierto de miel
que susurra con dolor:
El dolor es cosa de dos.
Y la montaña rota
hace ¡BUM!
Y el futuro supurante
brinca.
Escritor, periodista cultural y librero en la librería 80 Mundos. Codirector de todo esto. He colaborado en medios como eldiario.es o Le Miau Noir. Formo parte de la antología Árboles Frutales (Editorial Dieciséis, 2021) y Odio la playa (Cántico) es mi primer libro.