Desde las gradas: i plou i plore i prou

“te he escrito un poema

pero ni tú quieres leerlo

ni yo quiero que lo leas”

Esto ya lo habré escrito más de una vez pero: necesito a mis amigos. A los que me leen, con los que hablo de lo que leemos, con los que no hablo de nada que tenga que ver con los libros y con los que comparto más abrazos que palabras cuando podemos vernos. Mi grupo de amigos habitual de Alicante ignora la existencia del resto, no les interesa la literatura, les interesa lo que me pasa en ella. Celebran lo bueno y seguimos con nuestras vidas. Les quiero precisamente por eso. A mi grupo de amigos menos habitual, de Alicante o de fuera, también les da igual el resto porque surgen de otras circunstancias: Poscultura. Desde que empezamos con el proyecto he conocido a gente con la que ahora trabajo, con la que leo, a la que leo y sobre la que escribo. Sin la poesía no hubiera escrito nada, no tendría estos amigos, no podría decir que Juanpe es, ahora, mi amigo1.

Esto ya lo habré escrito más de una vez pero: necesito el amor.

Desde las gradas (la poesía2) es relacionalidad. Elizabeth Duval dice en el prólogo que Margot dijo lo importante que es estar juntos de una forma u otra. Que piensa ligar para siempre su nombre al de sus amigos. Algo que ya pasa en el prólogo de Excepción escrito por Rodrigo G. Marina. Me he dado cuenta de que grapo Adri al de todos los míos desde lo que escribo, lo lean o no. Sin mis amigos no sabría querer de ninguna de las formas, sin querer a gente nueva no aprendería nunca a hacerlo realmente. Sin mis amigos no sabría qué es querer en el resto de sus formas. Trabajo donde la gente se quiere y quiero a personas que se quieren.

“y si tomas las palabras restadas no pidas

perdón este es tu jardín

jardincito

qué bonito”

Y si tomas las palabras prestadas, no pidas perdón, por favor. Pide más palabras, hazme hablar hasta que todo lo que haya sido capaz de decir sea tuyo. Hasta que tu lenguaje y el mío sea nuestro y bello. Y si “la belleza es inexacta” grito: ¡exactamente! Es una uña rota, un mito, como el tiempo, que es amor pero el amor no es mito si se mide en pasado. Es un un recuerdo y los recuerdos no son palabras: son imágenes3.

[En ‘uy, como duele parte uno’ solo leo y callo porque pienso en lo que leo y en una cara que es un cuadro mientras pienso que hablar de esto en voz alta es estar triste sonriendo.]

Desde las gradas (Letraversal) también habla de los amores en los que no todo da igual porque la gente no los comprende. Lo hace atravesándose mientras atraviesa. Hace un Los salmos fosforitos a Trilce con Los salmos fosforitos y La edad de merecer. Admira y construye sin perderse. Coaprende y reaprende hablando de ese proceso, queriendo desde dentro sin necesidad de hacerlo hacía fuera si el amor es un palo recto que me (le) encorva la espalda o me pega en el estómago4.

Y mientras, te ganas la vida, pasando del amor de mamá (“no pasa nada”) al de pasa todo y te gusta y luego no y luego el jardín crece y las flores se encorvan y mueren y nacen más y al final la verdad es que es verdad, mamá, no pasa nada. Porque es imaginario y solo tuyo, para que nadie toque n a d a, pero abres la puerta y entran y n o p a s a n a d a porque dios ha muerto o nunca ha nacido. Se repiten sonidos, sílabas e ideas que fan ferida5.

[En ‘me enamoro de un chico’ señalo las negritas y las junto en un folio:

s i n  d o l o r  m e  d e c i a s  t o t a l  s o l o  s o m o s  a m i g o s  p e r o  m e  a h o g a b a  n o t a s  l a

p r e s i o n ?]

Con Desde las gradas descubres en otra gente el amor de adolescencia que se repite toda la vida y lo amasas. Esa es su mayor referencia porque “me sobreexpongo a las referencias”6. La ausencia de amor que también es repetición y en el que te preguntas hasta qué punto plou i plore i prou. Que todo recuerda a algo y que el amor viene del amor. La adolescencia se desplaza hacia otra adolescencia. Siempre con cuatro patas fundamentales: Quique como desplazamiento, sus padres como sostenibilidad, amigos como elevación y García Faet como expansión. Si hubiera leído a Juanpe antes de escribir Odio la playa (no es promo, es vulnerabilidad) le hubiera citado constantemente. No sé, le quiero7.

“con el verdadero amor

encontré el verdadero amor”


1Juanpe es mi amigo porque es de Alicante y se fue. Pero veo su primera y segunda adolescencia como las mías, en un sitio que no es nada a pesar de que contiene gente que es mucho. Juanpe ha llegado por la poesía y se va a quedar por mucho más. No sabíamos que hubo un tiempo en el que compartimos tiempo y espacio y ahora que no es así, compartimos algo mejor.
2la poesía (o lo que sea) me ha dado muchos amigos a los que quiero y con los que todavía no he compartido más que algunos momentos concretos. Eso me ha enseñado a querer más cerca.
3No sé si me gusta escribir imágenes pero lo hago.
4Si no quiero hacia fuera lo que queda dentro me da dolor de estómago. No podría aprender a quererte sin haber querido antes ni tú tampoco
5Juanpe repite esos sonidos en cada poema para señalar el punto exacto en el que estaba y está.
6”Todo este poema es una copia
palabras prestadas yo soy solo
una copia
demasiado joven
todavía
para las palabras propias.
En este poema (que es todo mentira)
he citado a Virginia Woolf, a Luis Antonio de Villena, Berta
García Faet y al sistema sanitario del estado español.
Lo siento”.
7”qué bonito, eh?”.

Podría ser peor, Alberto Acerete

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