“Cuando la música suena algo me incita a tocarla
con suma precaución”
Que no se confunda el juego con la lucha a muerte con el lenguaje como un cuerpo, una bacteria un virus, que lo vincula directamente con el Vallejo de Trilce (evidentemente guardemos las distancias, pero ese vínculo existe): ya Luna Miguel dejó clara la conexión entre la Alt Lit o la literatura de Internet y Rodrigo, es decir, la vanguardia de la no-poesía y Rodrigo, yo, sin embargo, vengo a decir poco más de lo mismo: que Rodrigo se emparenta con las vanguardias históricas en su búsqueda: el libro es una osadía perpetrada:
“Absolutismo es es-
to y no lo otro”.
Leo este libro mientras Rubén, mi hijo putativo de 11 años ve vídeos de YouTube de gente de la que es suscriptor y juegan al Minecraft a la vez que ponen voces infantiles y absurdas e interrumpen constantemente la supuesta narración del juego con cortinillas y sombras y diálogos, tratando de ganarse la atención del espectador de edad temprana con música dramática y juegos de cámara lenta y planos contrapicados (que ha debido de llevarles sus buenos ratos conseguir con los joysticks) y discursos sacados de películas y referencias culturales que el niño desconoce en el momento que su madre dice “apaga ya la tele, ponte a estudiar” y él “va a acabar en un momento” pero yo sé tan bien como él que el vídeo no “a cava, acaba aquí”.
“vuelve a los idiomas elementales ¡es una orden!”
Porque esta reproducción en bucle se fragmenta en una infinidad de vídeos del mismo YouTuber o de imitadores que mantienen su atención pero un grito, un solo grito le hace apagar la televivisión.
Como esta interrupción es una orden a volver a un idioma elemental, presocrático, sin supracategorías contaminantes de esta carne y este verbo, aunque ese idioma elemental no esté precisa y lógicamente atrás (Platón) sino delante, actuamente, donde “impera et severa el relativismo” y el poeta puede ser cualquier cosa, porque “la esencia berrea” y el infinito se acaba.
Entonces vamos del idioma a la experiencia de ser como la experiencia de la esencia: poeta de todas las cosas, pero:
“creo en Dios porque en mi sueño profundo
es un ser post algo-ritmos
[…]
porque sí existe en este poema y no en otro sitio
siendo espacio/tiempo = instante
la paradoja nos asedia”
El sueño en donde la paradoja nos asedia para ir más allá de su masa (como la luciérnaga): “verbo hecho carne medio hecha”. Repito: que no se confunda lo lúdico con la lucha en este “procesador de carne y de textos”.
“toma mi cuerpo
no lo quiero lo vendo en un anticuario de peces tornasolados
quiero no respirar nunca con el pulmón
caliente de malos humos y aceras precocinadas”
No estoy hablando de lo que Rodrigo habla sino de cómo se va formando ese lenguaje de bacterias o pelotitas de ping pong. Aureus es la expresión de la experiencia de estar entre dos idiomas, tres o cuatro lenguas: el griego, el latín, el turco, el inglés, el alemán, y la multiplicidad de la propia lengua materna: la de la medicina, la de la química, la de la poesía, etc.
“NO MOLESTAR QUE EN EL IDIOMA DE LOS QUÍMICOS
ES UNA UNIDAD DE LA ESTANCIA Y EN INGLÉS
DE LA ESENCIA.
Ah, cuánta contradicción
dicción ala contra”
Es un ataque a la esencia “cuadrángulo de mierda
achicoria apestosa y áurea perfección”
Y esto lo emparenta con Artaud: poco a poco se va expresando una escatología de la esencia como un cuadrángulo de mierda. Encerrado en la torre de Babel, el caos lingüístico tiene su justificación en los poemas, “arrebatado el sentido dispuesta la razón como cabeza de Juan Bautista”. Hace de Babel un templo en donde “un ruido atroz indistinguible del silencio” suena.
Es el camino contrario o oirartnoc: un camino que lleva a otro camino, no a una meta, sino al camino del lenguaje que logre sentir con las uñas. “Nur de yildiz”, luz de estrella: qué cursi sonaría dicho todo en nuestro idioma y qué bien dicho está en Babel, dicho en Rodrigo o en Marino: como una nostalgia de pirita o luz o fuego constelados, en vez de lo dicho: “nostalgias de pirita y de nur constelada”, “al fuego que es tierra y zarza parlante”.
“y así lo hemos contado, compañera, no se resigne, presígnese”
Desde esta “POSICIÓN METAMORAL MUY FÍSICA” hay que entender este libro: “entre toda esta carnalidad y esta otra”: la creación, anuncio de colúmbidos virginales: el cuerpo creciendo de palabra obra culpa y de cuidados.
Lector, profesor y padre. Ha trabajado como transcriptor de textos digitalizando palabras. Se ha especializado en literatura cubana, a la que dedicó un ensayo sobre el sistema poético de Lezama Lima y una disertación sobre La carne de René, de Virgilio Piñera. Ha participado en el poemario colectivo a ocho manos Plural de habitación (Online, 2015) y ha publicado algún poema en Digo.Palabra.Txt.