“La herencia a la que me refiero es de un tipo más general, más amplio, supramusical”
No acostumbro a escribir reseñas o críticas como tal porque, puestos a demostrar que no soy opinador, prefiero dejarme en evidencia buscando prolongar los libros en lugar de criticarlos. Este texto se acerca más a una reseña por el registro en el que se mueve Paul Hindemith en su monólogo y la prolongación de Luis Gago en la traducción.
Johann Sebastian Bach. Una herencia obligatoria (Tres Hermanas) es, al final, un recorrido a la creación de un referente de forma pasional pero deliberada. Un análisis de la melancolía de la capacidad de Bach según Hindemith en su conferencia en el Bachfest de Hamburgo en 1950.
Luis Gago habla de Paul Hindemith
De un compositor desconocido cuyas piezas son tan variadas como extensas. Habla de Hindemith como un apasionado de los trenes y la estrecha relación de esto con su obsesión por el orden. Un “amor por la precisión” que le lleva a una atracción por Bach. En los pentagramas hay orden siempre aunque parezcan un caos. Hasta en la aparente inestabilidad de los movimientos de Dudamel hay orden. De alguien cuyo interés por la música viene de conocerla desde dentro, no de ser un prodigio acomodado. Haciendo que todo le llevase a buscar la funcionalidad de la música y que esta conviva con la diversión de quien la escucha.
Paul Hindemith habla de Bach
Lo hace desde la crítica a la crítica, viendo al Bach personaje como “objeto de deformación, análisis, explicación y comentario” con la intención de convertirlo en un monumento que elimina al Bach creador. Con todo ello, lo que Hindemith defiende es el estudio no solo de la música sino de la actitud y el proceso de trabajo del compositor muy condicionado por sus propias ideas y formas de aprendizaje.
“lo que nos llega procedente de las biografías de Bach favorece por lo general en exceso nuestra propensión a ver una estatua en lugar de un ser vivo”
Todas las opiniones sobre Bach acaban alejando al público de su obra según Hindemith. Crean un altar intocable con el que se pausa la música mientras él busca manosear su trabajo. Explica esa distancia como el que habla de la lejanía de un hijo o la de una pareja en la ruptura. Con una melancolía de la capacidad que se prolonga en sus propias composiciones. Como si todos quisieran tener lejos al muerto pero ansiaran su herencia ignorando que todo va más allá. Va de “su actitud hacia la vocación creadora”.
Ese amor de Hindemith hacia Bach genera una empatía que hace que hasta el fallo tenga algo de ceremonial. La primera página del discurso tiene una errata que puede parecer más una trabada del orador, transmitiendo sin darse cuenta esos nervios que surgen al iniciar un discurso. Como si Hindemith los sintiera al hablar de alguien al que adora.
Paul Hindemith adora a Bach
Aun así, busca llegar hasta el culmen de la mitificación deshaciendo ese proceso de la crítica para volver a construirlo todo desde el principio. A través del creador. Destacando que también tuvo una crisis en el que se presupone el mejor momento para un artista cuando “ha llegado al final”, no necesita demostrar nada más y nadie va a llegar hasta donde llego él. Hasta una melancolía de la capacidad prematura.
“un tipo del arte musical […] el de un artista como Bach, quizá menos intelectual, pero que llega, en cambio, directamente del cielo y nos emociona”
Escritor, periodista cultural y librero en la librería 80 Mundos. Codirector de todo esto. He colaborado en medios como eldiario.es o Le Miau Noir. Formo parte de la antología Árboles Frutales (Editorial Dieciséis, 2021) y Odio la playa (Cántico) es mi primer libro.