“¿En qué estamos pensando nosotras cuando hablamos de entrar en un espacio seguro?”
Violaron a Medusa, culparon a Medusa, convirtieron en un monstruo a Medusa, mataron a Medusa, cosificaron a Medusa, resignificaron y reinterpretaron mal a Medusa negándole la posibilidad de que se mirara a un espejo sin miedo a convertirse en piedra a sí misma. Reconvirtieron los espacios seguros en habitaciones del pánico con paredes de cristal en los que la víctima recibe el castigo mientras todos miran.
Cuadernos de Medusa vol.III (Amor de Madre) es un espacio a salvo de la Cultura. Los 12 relatos que forman la colección hablan desde la conciencia: primero de género y luego de clase. Porque dentro de las identidades disidentes hay un odio que, a veces, trasciende esas luchas. Entre mujeres existe el machismo y la transfobia; entre miembros de la comunidad LGTBI+ existe la plumofobia, la transfobia y la misoginia. Y todo surge de lo mismo: el sistema te viola, culpa, mata, cosifica y niega antes de que tú misma sepas quién eres.
Yo no tendría que estar explicando nada de esto. Solo puedo imaginar. Digo imaginar porque la única forma de hablar de ello sin ser descaradamente un impostor es ponerte en ese lugar. Yo estoy fuera, observando y siguiendo la dirección de las miradas para llegar hasta donde me indiquen. Pido perdón desde ya por hablar en nombre de Alana Portero, Layla Martínez, Marta Sanz, Anna Pacheco, Ángelo Néstore, Rosa Berbel, Lucía Mbomío, Rubén Serrano, Otilia Corona, Déborah García, Doris O. Mohand y Eva Duncan.
“Consideramos la necesidad de que existan espacios seguros, porque el mundo es un espacio seguro para la perspectiva hegemónica: masculina, blanca, cis, hetero, adulta, con funcionalidad normativa, etc. En esa comodidad de discurso, queremos entablar una conversación que busque provocar otros proyectos libres de esa óptica sin tener que justificarse ni hacer una pedagogía que impide avanzar en el debate y no tenemos por qué hacer”
Cuadernos de Medusa vol.III es una publicación que sirve como ejemplo de algo tan simple como que si se obliga a grupos a vivir en los márgenes estos van a a ser completamente suyos hasta que el margen sea más amplio que el centro. Hasta que todo sea centro. El casco antiguo de las ciudades siempre es más pequeño que las periferias y tiende a desaparecer.
La conciencia de saber qué son como grupo y especie genera identidades. Cuando consiguen mirarse ya no hay más ojos mirando al cielo, ojos en blanco ni ojos cerrados. Los ojos son suyos y te miran sin importar cómo lo hagas tú.
“En el libro no te vas a encontrar una narrativa que reproduce o visibiliza la opresión siempre va a ser desde una perspectiva crítica, además del cuidado y el cariño que ponemos”
Estos cuadernos son la culminación de una idea editorial, lo explican en el Tardeo de Radio Primavera Sound con Andrea Gumes. Amor de madre surge de otro proyecto y dialoga con ello hasta convertirse en lo que ahora es. Los textos que forman este libro tratan el diálogo o la ausencia de este como germen de todo. De las conversaciones, incluso de las que no se dan, emerge la comprensión o la falta de ella; el intercambio que rompe con esas barreras entre luchas paralelas. Los círculos se cierran, se repiten y se deforman.
Una identidad no es una cicatriz que maquillar. O sí, lo es, pero no hay por qué ocultarla por vergüenza y mucho menos por miedo. Corrijo: no debería de tener que ocultarse nada por miedo porque no debería de existir lo que provoca ese miedo.
Repito que yo no tendría que estar hablando de esto, debería de estar callado. Lo siento. Deberíais estar leyendo el libro.
“Para nosotras, el hecho de que exista Amor de Madre y exista Cuadernos de Medusa es importante. A pesar de que exista esa contradicción de la que hablamos de que no deberían existir estos espacios porque todo debería ser seguro, lo normativo sea lo múltiple y dejar de subcategorizar constantemente. Pero esto es una forma de iluminar el camino que no es fácil de encontrar para personas que buscan estas narrativas. La idea es multiplicar estas narrativas tanto que a final no exista el concepto no normativo y hasta llegar a eso tenemos que convivir con lo que hay ahora”
Cuadernos de Medusa vol.III es un espacio seguro. Son rezos a María la Negra que no solo sirven para la espera o dar salida a la mala sangre. Están cambiando cosas “de a poquitos” pero entre muchas. Leer y escribir mientras se hace el café y se enfría el potaje ya no es un privilegio. Las paredes transparentes ya no sirven para condenar a quienes encierran. Ahora desde dentro también se mira y el exterior depende de ellas.
Me callo.
“Bienvenida a la ciudad de las Medusas. Esta es tu casa”
Escritor, periodista cultural y librero en la librería 80 Mundos. Codirector de todo esto. He colaborado en medios como eldiario.es o Le Miau Noir. Formo parte de la antología Árboles Frutales (Editorial Dieciséis, 2021) y Odio la playa (Cántico) es mi primer libro.