Alerta Cobra: el inconsciente alemán, Kracauer y los bemetas

En la ciudad alemana de Colonia, en el estado de Renania del Norte-Westfalia, explotó un coche. El motivo: una vertiginosa persecución protagonizada por vehículos germanos que no esperaban que un camión repleto de bombonas de butano se cruzase en su camino. El verdadero motivo: la perpetuación de unas políticas monetarias y fiscales que prolonguen la brecha entre países centrales-periféricos.

Ninguna ficción audiovisual contemporánea es más eficaz para entender el funcionamiento de la psique alemana que Alerta Cobra (1996-Actualidad). Esta serie policiaca lleva veintitrés temporadas en antena, en las que ha emitido más de trescientos capítulos1. En estos episodios, de unos cincuenta minutos de duración, los policías de la brigada de carreteras de Alemania deben acabar con todo tipo de crímenes, sean secuestros, robos, complejas estafas informáticas y/o asesinatos. Pero, de ser cierto lo que narra Alerta Cobra, Alemania sería un país inhabitable, un Estado fallido en proceso de descomposición. Por lo tanto, es necesario hacerse una pregunta: ¿qué sabe Alerta Cobra que no sabemos tú y yo?

Esta pregunta sería mucho más compleja de no ser por De Caligari a Hitler (1947), obra escrita por Siegfried Kracauer que estudia el cine alemán entre 1919 y 1933. Kracauer afirmaba que las películas realizadas durante la República de Weimar (1918-1933) reflejaban el inconsciente de las masas, sus deseos ocultos. Así, cintas como El gabinete del Dr. Caligari (1921) o M, el vampiro de Düsseldorf (1931) no eran sino una representación alegórica de las obsesiones profundas y de la paranoia nacional germana y auguraban la llegada del fascismo, como corroboran las tendencias autoritarias que se pueden ver en esos filmes.

Este proceso psicológico era consecuencia de la inestabilidad que vivió Alemania durante la República de Weimar. El país había perdido la Primera Guerra Mundial y entró en una nueva etapa en la que se sucedían gobiernos breves e intentos de hacerse con el poder de manera no democrática. A ese momento histórico se le debe sumar la inflación generada por las políticas monetarias del país, que causaron la ruina de miles de personas.

El cine de Alemania en esos años y la estética expresionista no son más que una parábola de un período sociopolítico concreto, complejo e inestable. Las pantallas mostraban historias en mundos irreales, formas geométricas, iluminaciones en claroscuro, vampiros, monstruos, magos y tiranos. Un imaginario visual originado por el malestar existente y que se materializa en el ascenso del nazismo.

Ahora sustituyamos a los Lang, Murnau o Pabst por Alerta Cobra, que es para lo que vinimos aquí. Solo es necesario reemplazar la estética expresionista por la estética posneoliberal —un cóctel formado por  Internet y la franquicia A todo gas— para entender la importancia de esta serie policíaca. Si el cine durante la República de Weimar era un reflejo de las tendencias totalitaristas del pueblo germano, Alerta Cobra es la materialización audiovisual del deseo de Alemania de mantener su poder dentro de la Unión Europea (UE).

Cualquier capítulo de Alerta Cobra se desarrolla de tal manera que la policía, el aparato represor del Estado, acaba imponiéndose. Alerta Cobra se encarga, en cada una de sus aventuras, de que perviva el statu quo. Los protagonistas siempre logran resolver los crímenes y mantenerse en el mismo punto en el que comenzó la partida. ¿Y qué quiere decir esto sobre la psicología alemana? Pues que en estos veintitrés años Alerta Cobra ha mostrado la psicología alemana como ninguna otra ficción audiovisual. A la par que se consolidaba el proyecto europeo, en esta serie se hacía una muestra nítida de la mentalidad germana, incapaz de ceder su posición de dominio para que las economías de los países periféricos logren prosperar.

Si en la República de Weimar fue la inflación, en la actualidad el foco debería ponerse en la integración monetaria europea. En el pasado, la correlación económico-social fue inflación-inestabilidad. Pero, en la actualidad, podría establecerse la de euro-estabilidad. El euro ha permitido a Alemania aumentar su ventaja como potencia exportadora, mientras que el resto de países han sufrido el encorsetamiento de una divisa que no pueden devaluar en momentos de crisis, una medida que les ayudaría a recuperar competitividad. Países como España, Italia o Portugal sufren esa desventaja y Alemania es la principal beneficiaria de la moneda única, ya que los países del sur deben competir con la misma moneda, pero siendo menos productivos.

Alemania quiere que todo siga igual. Año a año. Capítulo a capítulo. Alerta Cobra es el reflejo de una psique enferma, que piensa que todos son sus enemigos. Y que intenta imponer la ley y el orden. Aunque para ello ley y orden debe entenderse como el aumento de accidentes de tráfico en el estado de Renania del Norte-Westfalia.


1 En España se pueden disfrutar las peripecias de Semir Gerkhan (Erdogan Atalay) 1.1 en Cuatro y Calle 13. Aunque, siendo honestos, su popularidad de debe a las retransmisiones matutinas que ha emitido históricamente la cadena del grupo de Mediaset. Es en esa franja horaria donde ha podido afianzarse gracias al visionado de su audiencia potencial: jóvenes varones que no acuden a las primeras clases de su jornada en el instituto y se quedan en casa para fumar cannabis y comer galletas Oreo y beber batido Okey Sabor Vainilla.

1.1 El personaje de Semir Gerkhan, protagonista de la serie, hizo su primera aparición en el show en el capítulo tres de la primera temporada (01×03), siendo el único intérprete que forma parte de Alerta Cobra desde el principio. Sus características: ascendencia turca, conduce un BMW Serie 3 y los guionistas le reservan los mejores chistes. Este inspector de la brigada de carreteras de Alemania ha sufrido la muerte de tres de sus seis compañeros (3/6) y uno de ellos, André Fux (Mark Keller), ha sido defenestrado en dos ocasiones: 1) en la temporada tres recibe un arponazo cerca de la costa de Mallorca y se hunde en el mar Mediterráneo; 2) en la temporada dieciocho, cuando regresa como agente infiltrado—no había muerto en Mallorca—, fallece librando a Semir de la muerte.

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