(fragmento II)
IV
Un círculo de humo sale de tu boca
y me tiemblan las piernas
¿Te he contado la historia
del perro encerrado en el coche
entre las comisuras de la familia?
Repito las palabras conocidas
y siento que todo acaba una vez más
esto es:
el mundo se crea y se destruye y se transforma
como una física paralela a la newtoniana refutada
por la evidencia cuántica
de que se puede ser y estar en otro lugar al mismo tiempo
que me descompongo en ondas
que oscilo entre la volatilidad del soy y el estoy
y te hago perder la cordura
_______________________________y etc. etc.
Repito las palabras conocidas
como un ave maría sacro
o más bien
imaginando a un jesús paranoico
que nos mira a través de los cristales del coche
empañados
¿protegiéndonos?
La cortina de agua y el frío asfalto
un escenario sofocante
que juro haber escrito antes
luces de los carros que viajan contra mí durante la tormenta
(puedes pararme con muchos
besos
decides que continúe negándome cualquier
beso).
El humo sigue saliendo
y eso se supone que tiene que explicar el clima
y la realidad material de un coche atravesando las
colinas de México.
El humo sigue saliendo de tu boca
y se confunde con el humo que respiran
las alcantarillas de Nueva York
(¿no estábamos en París?)
donde las luces reflejadas en el suelo son iguales
a los grandes ojos amarillos del diablo
y una sonrisa scorseriana
se dibuja en el capó.
Es Robert deNiro fumándose un piti.
A lo que quiero llegar
y disculpa tanta vuelta alrededor de mi labio
es que esa noche
mis padres se gritaron
mientras el cielo caía
y todos caíamos con él
(todos cabíamos en él)
o alguna otra mejor metáfora de lluvia como lágrimas.
A lo que quiero llegar
lo que te quiero decir
es que me calles cuando quieras
dándome un simple beso de las buenas noches
y que me repartas múltiples atenciones
a través de la bruma de la película en blanco y negro
o amarillento rojizo
o verde mohoso
porque es un recuerdo proustiano
pintado de negros y blancos
que no merecen un cromático anhelo
entre la mierda de perro
y mi madre y su metafórico dolor en pecho
y mi padre y su onomatopéyico grito de injusticia
y yo y mi perro cagándonos de miedo entre nuestras cajas
de cerveza y mariscos.
La atmósfera
de mierda y odio
se pinta de negro
para ser recordada
en nostálgico
e irónico
noir.
Si ahora te soy sincero te diría
que el recuerdo es un invento
uno falsísimo
una ficción noir
de un evento similarmente parecido
igualito casi
sin ninguna diferencia en verdad.
¿Me crees?
Si no me crees te pido que me des múltiples besos
y me callo para siempre.
Qué saber del pasado
pisado
como un gigante que no alcanza las puntas de sus pies.
¿Me crees?
Recorreremos torpemente las avenidas
y pisaremos la mierda que nuestros perros
vayan dejando tiradas
apestaremos el ambiente
y nos marearemos de ambición
fingiendo que no reconocemos el olor
marcados por el humo que sale de nuestras bocas
infectando nuestra percepción del tiempo
y del espacio postnewtoniano.
Eventualmente
nos descompondremos en millares de partículas
que pueden ser o estar
en otra parte
al mismo tiempo.
Esta es la noche eterna en la que recuperamos los fragmentos del instante
¿me crees?
Sí, esta es la noche eterna
que he estado buscando
en la que recuperaremos el pasado
¿me crees?
Bésame mucho
y me callaré por siempre
o cualquier otra cursilería
que me haga sentirme menos solo.
***
Me invento la nostalgia de la noche eterna
me invento en la nostalgia de la noche eterna
porque creo que ya no existen noches eternas
que valgan la(s) pena(s) recordar.
O sí.
Mientras más pasa el tiempo
parece que menos potencia tiene el acto
y la exageración que se sentía tan natural en un principio
se convierte en simple histrionismo de la actualidad.
Déjame gritarte
mi propia visión de los hechos
mientras construyo paredes de lodo rojo
que me protejan del miedo.
(¿por qué rojas?)
(¿por qué de lodo?)
(no me interrumpas / por favor)
Creo en mi propio recuerdo
creo mi propio recuerdo
construido por desechos de mi espalda
y siento que una verdad antigua
artificial
se desliza desde mis ojos
y me tapa los oídos.
Una viscosidad imposible de fingir.
¿O yo qué sé lo que son estas ráfagas de memoria injustificada
_________falsa
_______________impostada?
Que llenan las supuestas noches eternas
durante pausas para respirar
entrechocando con el aire
de un inasible recuerdo
que aun así ahoga y espanta
por ser demasiado real
y al mismo tiempo demasiado falso
demasiado mío y ajeno y rosa y azul
inútil para decorar mi casa.
He creado momentos celestiales
donde el mundo se pausaba
escuchando las palabras vacías de emoción
la repetición automática
de momentos de arena
que se deslizaban por la ladera de mi boca.
Una rapidez imposible de imitar.
Entonces construiré paredes de lodo rojo
justificando la conciencia del drama y de su matiz demasiado dramático
demasiado emocional y rosa y excesivamente auto indulgente
para conmigo
y mi madre
y mi padre
y mi perro.
No parece justo
abusar de mi memoria
y de mis propios traumas infantiles ya muy manidos
para construirnos una casa de lodo rojo donde habitemos
en silenciosa otredad.
De lodo rojo serán los pisos
y los baños
de lodo rojo serán los cuartos
y las camas
donde te confesaría que quiero olvidar todo
dejar en tus manos mis conocimientos
controlando lo que puedo o no puedo decir.
¿Qué me dirías si te pidiera ser mi simiente
y me alejaras por fin de mí mismo
escuchando y desechando
produciendo y destruyendo
paredes de lodo rojo?
(¿por qué fingir ser un escarabajo?)
(espera / que ya termino)
Quiero aprender a dejar el yo
y crear el mundo a partir de
tus manos.
Ilustración tratada por Jorge Igual: