los bloques naranjas (los amigos quiero decir)

mirando la ciudad, esperando morir lento

y calor escribe suerte en el sudor de este cemento”

Crema, La mejor vista de la ciudad 

en la primera fila de clase se sienta un tío con toda la pinta de ser la ciudad de dentro de la ciudad y cuando salimos al descanso dice eh chavales de donde sois yo de tal y nosotros pues de cual y resulta que no es de aquí tampoco pero vive cerca y nos hacemos colegas y nos cuenta conciertos y discos y más conciertos y discos mientras le contamos que nos hemos ido lejos pero luego volvemos (seguro que volvemos) porque nos hemos ido de casa como quien se va con una bici prestada a dar una vuelta pero no pasa nada el se ríe diciendo da igual madrid es una no ciudad no os perdéis nada y yo tengo la sensación de que ya me lo he perdido todo mientras miro su camiseta de yung beef y pienso quiero que sea mi amigo  que pena que no haya sido mi amigo antes podríamos hablar de cómo nos parecemos cómo se parecen nuestras ciudades porque todas las ciudades en las que no se ve el atardecer por culpa de los edificios son la misma de las cosas que nos creímos cuando nos las contaron de niños pero hablamos de que yo estuve en su ciudad y mi equipo le ganó al suyo y ascendió pero da igual ahora somos del dellafuente fc jaja cómo os llamáis

y ese reencuentro será como si no nos hubiéramos separado

al final volví a cual y mis amigos me decían eh tal qué tal qué haces aquí y parecía que nunca me hubiera ido porque siempre decimos a qué hora nos vemos hoy porque no ha cambiado el sitio en el que quedamos ni tampoco que nunca hay silencio pero nos abrazamos y besamos pero cuando voy a tal tampoco lo parece porque hablamos de conciertos y discos y libros y nos miramos el corte de pelo en plan eh el fade muy bien marcado mientras decimos Selva Almada mira flipo pero conoces este libro mira te lo dejo cuando nos veamos la próxima vez pero lo que quiero yo es decirle he leído otra vez hombres con un diente de leche después de leer los bloques naranjas dos veces seguidas y las páginas 19 27 y 67 de uno hablan con la 32 y 33 de otro (ojalá en las dos el coche sea un 106 heredado) la 41 y la 16 también (aunque no queramos ser ovejas) y que fuerte escucha tío los dos libros en la 25 hablan de lo mismo (¿de verdad el semen huele a lejía?) en la 83 hay un poema que si arrancas las páginas y las pones en el otro nadie se daría cuenta tiene hasta una cita de Mariano Blatt y el título es casi casi como la dedicatoria (a mis amigos, porque todavía no les he dicho te quiero) o que el deseo comparado con los árboles que dan fruto y sostienen pájaros es una idea buenísima y los paréntesis para no usar comas ni puntos me encantan pero pedimos otra y le digo me gusta mucho tu libro tío qué guay

como si fuese posible entender por qué me encontré a unas personas y a otras no

al final sí que es verdad que somos amigos y hablamos de que seguramente él en tal y yo en cual estábamos en un banco con otros cinco o seis sin plan planeando qué hacer con los últimos 10 euros o enfriando los litros debajo de las gambas del súper diciendo eh y si vamos a no sé dónde pensando que nunca saldremos ninguno de aquí no veremos lo que hay detrás de los edificios del barrio de la playa porque todo poder conlleva una gran imposibilidad y su consecutiva tristeza (no necesaria sí inevitable) de que fregar platos en londres es una mierda pero hacerlo en casa es otra historia como escuchar a hermanos herméticos siendo de tal o siendo de cual que no es lo mismo pero no de qué quiere decir eso de arranqué mi pene y creció una amapola de la amapola goteó sangre y manchó todo el suelo porque lo de siempre (será todavía posible aprender a hablar y a moverse como los hombres? a temer solo a la lluvia?) (página 79 de hombres con un diente de leche) (knowledge)

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