El problema de la música urbana en España es que deje de ser urbana, que el adjetivo ya no envuelva al nombre y que derive en una serie de bangers pegadizos diseñados para sonar en la radiofórmula. En las últimas semanas, los últimos meses –en especial, después del debate orquestado por el Primavera Sound, en el que intervinieron Bad Gyal, C. Tangana y Yung Beef–, se ha teorizado sobre qué postura deben adoptar los artistas en España en relación al mercado.
Las dos alternativas preeminentes, que cristalizan en polos opuestos, son las del madrileño, abierto a ser parte de la industria, y la del granadino, partidario de ser un outsider, pero capaz de monetizar su arte a través de su propio sello, con el fin de no depender de las majors.
Este fructífero debate ha servido a España para enriquecer el cuerpo teórico de la música urbana, que no es más que una etiqueta utilizada por los medios para referirse al fenómeno. Tan incorrecta como lo fue en su momento trap, pero necesaria para conceptualizar.
Así, al igual que no se debería olvidar que el objetivo de esta corriente es que sea urbana, que se mantenga alejada de la sonoridad de los circuitos tradicionales, que sus temáticas se escapen de ideas manidas o estandarizadas, es todavía más importante tener en cuenta que sobre lo que se debería debatir, hablar y teorizar es sobre música. Nunca se debería centrar la atención en el dedo que señala. La posibilidad de que el panorama urbano en España acabe fagocitado por el sistema es un riesgo. Ningún fenómeno contracultural ha sido capaz de esquivar al capitalismo. Y menos si se accede, a la primera de cambio, a ser una pieza más del engranaje.
‘El Plugg’, la mixtape publicada por Yung Beef el pasado 3 de agosto, es un posicionamiento claro. Fernando Gálvez (Granada, 1990) recurre al sonido que le volvió la figura más emblemática de la escena en España para refrendar su posicionamiento artístico e ideológico.
Los 36 minutos que componen esta referencia cuentan con colaboraciones de su círculo más próximo, ya sean los features de Hakim y Los Jibaros o las producciones de Steve Lean y Enry-K. Pero también demuestra que la figura del granadino tiene un peso sustancial fuera de nuestras fronteras, gracias a nombres como Tekashi 6ix9ine, Slimesito o Dolan Beats, este último productor de estrellas mundiales como 21 Savage o Chief Keef.
Desde el primer corte, Fernando busca subrayar el concepto sobre el que oscila la mixtape. Con la colaboración de Papi Trujillo, El Plugg (Intro) indica que él se siente el representante de la calle, siendo su axioma «Tú quieres trabajo, yo te doy trabajo». Una idea que no es nueva, ya que guarda consonancia con una de las barras más conocidas del músico: «Tú pa’ hacer ruido tienes que hablar de Yung Beef, pero pa’ hacer billetes tienes que hablar con Yung Beef», perteneciente a Beef Boy.
Desde su sello, La Vendición, el músico ha dado la posibilidad a jóvenes talentos de publicar sus trabajos. Su actitud patriarcal queda muy bien recogida en la doble significación que tiene plug, una expresión utilizada también para hablar de la figura del drug dealer. El artista construye una polisemia: ahora es el contacto con la industria y con la calle.
El segundo corte, Cardi B, referencia a la cantante estadounidense, es otra muestra de lo que buscaba el músico, a nivel formal y de contenido, con sentencias como «Esto es para las chapis, las Cardi B, esto no es para la radio, esto es gansta shit».
Con Guns and Roses, tercer tema de la maqueta, explora otro sonido, cercano a un género como el rock. Y no solo por el nombre de la canción. Con la ayuda de Goa, Yung Beef se acerca a lo que han hecho otros artistas en Estados Unidos y emula a Lil Uzi Vert o al fallecido XXXTentacion.
Algo que no sorprende, ya que el granadino siempre ha sabido coger las tendencias de la vanguardia estadounidense y readaptarla a su jerga y a su contexto. Sea el rollo sadboys o el trap al uso. El resultado es de lo más interesante y adictivo que ha hecho en mucho tiempo. En este tema exhibe, además, una concepción melancólica del amor. Al igual que en ADROMICFMS 4, su anterior referencia, Fernando deconstruye el lado sensible del drug dealer:
Cuando paso por tu plaza miro tu terraza
Deseando que te asomes y me invites pa´ tu casa
(…)
No sabemos querernos, ¿baby, que nos pasa?
Tirando dinero, mis lágrimas en el suelo
(…)
Tú ya no quieres quererme, mamá
Pero sabes que yo a ti te quiero
Ya no quieres quererme más
Pero tú sabes que por ti me muero
En el cuarto tema, con feature de Los Zafiros, el músico vuelve a juntarse con artistas ajenos al mainstream1. Bebo champán y lo tiro tiene en su haber el hook más repetitivo y machacón del álbum, a cargo de Papi Trujillo, que vuelve a hacer acto de presencia. Yung Beef busca certificar con esta colaboración que su actitud vital está en consonancia con Los Zafiros, pero es Cuban Bling el que confirma el entendimiento mutuo alegando «No tengo dinero, no tengo ley, mientras tanto sigo siendo el rey».
Fernado, por su parte, es capaz de asegurar «Me han llamado por teléfono, pero yo no firmo, quemo billetes y los tiro, quemo billetes y los tiro». Su paso por Sony ha sido una de las experiencias que, según el propio Yung Beef, le hicieron adoptar su actual postura con la industria musical.
El quinto corte marca un punto de inflexión que supone el descenso de calidad del disco. Hasta el momento, cada uno de los temas había sido de una calidad similar, pero, tras este, en el que colabora Hakim, el nivel decrece. Aun así, High Street es otro de los que se podrían quemar, aunque su estructura y sonoridad es, por decirlo así, clásica.
La reivindicación a las raíces («Puta yo soy de calle Elvira, que lo qué, yo soy de calle Elvira, que lo what») trasluce una mentalidad: Yung Beef no es ciudadano del mundo, no entiende la globalización de la misma manera que otros. No pergeña el discurso de que, tras cruzar Internet y el neoliberalismo cada aspecto de nuestra existencia, podemos adoptar cualquier pose. Él es de calle Elvira, no de Atlanta ni República Dominicana.
Tanto el sexto como el séptimo tema de ‘El Plugg’ corren a cargo de Enri-K, el productor español de más proyección del momento. Si en Driftin, con feature de Soto Asa, la esencia es más vacilona, Heroína es un tema estándar de trapicheo y calle. Este último cuenta con la colaboración de Pablo Chill-E y fue el primer adelanto del álbum.
En cuanto a Un corazón y una flecha, octavo tema de la mixtape, podría estar perfectamente en ADROMIFCS 4 por barras como:
Un corazón y una flecha
Mensajes sin contestar
Trabajos fuera de fecha
Putas saliendo del hotel
La cama siempre deshecha
Fernando posee la capacidad de alternar al hombre callejero, al drug dealer, con el sentimental desolado por el ideal del amor romántico. Esas dos figuras han servido para crear su personaje, que le ha colocado donde está y le ha brindado el reconocimiento y cariño del público. Un estudio sobre la construcción de la identidad masculina de Yung Beef es digno de tesis doctoral.
Los siguientes dos temas cuentan con colabos internacionales, de Slimesito en Slime y de Tekashi 6ix9ine en No Fuks (Remix), tema perteneciente en su origen a Kowloon, mixtape publicada en 2017, pero ahora remixeado por Steve Lean. Estos dos cortes, además del prestigio de productores e invitados, no están en la línea del arranque.
El cierre a ‘El Plugg’ lo pone Xanny, en el que se podría encontrar una respuesta al debate con C. Tangana y su acuerdo comercial con Sony:
No necesito un record deal, puta, soy de la calle
Fuckboy, real trap shit llámame trap-a-holics
Y empecé mi empresa con dope money
Este tema, que combina alta costura, adicción a los psicofármacos y relaciones sexuales a tutiplén, recupera la esencia del arranque y supone un digno final. Yung Beef lanza con ‘El Plugg’ una señal nítida de hacia dónde quiere orientar su carrera, consciente de que el streaming posibilita, en cierta manera, vivir al margen de la industria.
Desde ADROMICFMS 2, el granadino no creaba una referencia tan sólida en tantos aspectos. Ninguno de los once cortes sonará en la radio. Ninguno logrará el oro, el platino o cualquier otro mineral precioso. Pero permitirá mantener el apelativo de urbana como algo creíble.
1 Una reflexión al hilo del debate surgido en torno a Rosalía y la apropiación cultural nos haría preguntarnos por qué Los Zafiros no tienen el mismo nivel de escuchas y fama que otros intérpretes, haciendo estos música urbana con toques latinos (¡siendo latinos!), mientras que otros, de ascendencia y apariencia puramente occidental, logran millones de escuchas y salen en todos los medios haciendo música que explora esos sonidos (obviamente hablo de C. Tangana). La conclusión a la que llegó es la misma: al igual que no se escuchan latinos haciendo música latina, no se escuchan gitanos haciendo música flamenca, lo que obliga a pensar que existe cierto racismo soterrado que impide a personas racializadas triunfar en la música.
Buen artículo, la única espina que me deja clavada es la reflexión final. Si C.Tangana o Rosalía han llegado a la posición en la que están no ha sido por una cuestión racial. Son personas que llevan años en la música. En el caso de C observando en la sombra de la escena underground como conseguir penetrar en el mainstream sin renunciar en ningún momento a su esencia y eso se ve en cada una de las entrevistas que se pueden ver en YouTube desde 10/15 (álbum) hasta ahora. Lo de Rosalía ha sido más rompedor porque no tiene ni un 10% del material que tiene pucho, ha visto las carencias estéticas y de sonido de la escena flamenca que le influenció toda su vida y ha sido algo nuevo para el oyente extranjero, la masa no escucha a Rosalía por no ser gitana porque en unas pocas/muchas escuchas no es consciente de su raza, al oyente no le importa. Los Zafiros no se pegan porque hablan de realidades que a la gente le incomoda, realidades que censuran los medios. Estas mismas realidades también están patentes en C pero cambia la forma de expresarlas, un ejemplo está en “Antes de morirme” con Rosalía que no entró en la radio por decir “puta”. El problema reside en la propia industria y no es una cuestión racial sino de clase, el mainstream español no quiere escuchar a la calle y por eso Fernando es tan molesto, primero por no ser comprendido por la mayoría de medios generalistas y segundo por su condición social. Es estúpido pero a veces es mejor transmitir menos siendo inteligente que no transmitir siendo explícito.