Dano & Frankie Pizá: Descubriendo al Artista Multidisciplinar

El pasado viernes nos llegó un email al correo de Poscultura. El Responsable de Comunicación de LowKeyMoves, Sebastián Soriano, nos informaba de un evento presentado por Frankie Pizá y en el que Dano era el artista invitado para hablar sobre música, creatividad o la importancia de la identidad en proyectos artísticos multidisciplinares. Vimos el vídeo ese mismo día y nos encerramos en otro fin de semana mezclando cervezas con trabajo en la oficina. Workaholics -y un poco alcoholics-.

El 28 de noviembre, en el Box Barcelona de Nike se juntaron dos personas que han aportado mucho a esta generación de artistas y currantes de lo creativo. Frankie Pizá supone un referente en el tratamiento de la música a nivel periodístico ya no por su trayectoria, que también, sino por las similitudes que compartimos en Poscultura con su idea de trabajo: “regalar información de calidad y un punto de vista definido porque lo veíamos necesario”. Porque así ha empezado este proyecto, con dos “bedroom journalists” locos por contar nuestro mundo dentro del vuestro. Desde hace casi ocho meses, Alex -con el que escribo este texto- y yo lidiamos con esa “ansiedad por publicar contenido” y “cumplir expectativas” de la que habla Frankie al inicio de la charla sin perder nuestra identidad.

Cuando Dano empezó su reflexión sobre profesionalización del oficio, la larga vida de la música hace unos años y la falta de crews formada por miembros que cumplan todos los papeles que hacen falta, me acordé del momento en el que llegó su nombre a mi playlist. Con 17 años llegué nuevo al instituto y conocí a Óscar. En una de las miles de horas en las que hablábamos de música en su balcón, que se convirtió en nuestra habitación del pánico con vistas al mar, me enseñó su camiseta de Ziontifik y me puso Simple. A los pocos días descubrí ese video de Mapa Sonoro en el que aparece junto a Young Guru y llegó Equilibrio con Emelvi. A día de hoy sigo teniendo pendiente el comprarme una camiseta de Ziontifik o robarle la suya a mi amigo.

El discurso que mantiene Dano a lo largo de la charla es idéntico al que transmite con su música. Si bien dejó un adelanto de este en la entrevista para Boombox durante el concierto en la sala Nazca de Madrid, existen tres temas que sirven como referencia para entender esa evolución de su trabajo a la que hace referencia.

“No vale de nada ser un ser creativo si no te rodeas de peña creativa[…] no sería quien soy en ningún aspecto si no hubiera conocido a la peña que conocí”

El primero de estos cortes es Equilibrio, primer track del trabajo con Emelvi con el que deja claro que para crecer hay que abrirse ante otras personas con las mismas ganas que tú por crear: “soy un jodido enfermo del control, pero esta vez le dejo espacio a Emelvi para que haga su movida”. El segundo, también perteneciente a este EP, es Arriba, en el que las dudas sobre su trabajo, sus capacidades, su fe en sí mismo y sobre su forma de vida sobrevuelan durante todo el tema: !tengo que salir de aquí, tengo que confiar en mí!. El tercero es mucho más reciente y confirma su forma de afrontar lo que está viviendo. Huellas, colaboración en el disco de Lou Fresco, supone una marca en el suelo entre lo que podría ser y lo que es; esta identidad queda más clara con el trabajo visual de Nelson G. Navarrete y el beat de Drama Theme.

Creen en ellos, en los suyos y en lo suyo. Siempre entendiendo el contexto, los diferentes enfoques de los compañeros de gremio. Tanto si el juego es el resultadista de Bordalás como si saltan al ritmo con la filosofía de Guardiola. Un crecimiento que recuerda a la cámara que con un contrapicado te hace sentir pequeño y que poco a poco te hace estar en superioridad con un picado.

Música ‘amateur’

El cuento del Hip Hop en España fue un fenómeno social contradictorio.  Me enorgullece decir que yo estuve aquí cuando todo esto era campo. Cuando no había imperios y las gorras planas de los raperos marcaban el camino a seguir. Entonces el futuro era ilimitado y el pasado no existía. Los primeros pobladores del Hip Hop dieron palos de ciego hasta conseguir edificar su propia parcela dentro de la jungla de la industria musical.

La falta de referentes, en un país donde la industria musical es escasa y homogénea -casi como el reservado de una discoteca-, sentó las bases de la falsa concepción del artista puro. El artista real. Ese que no se vende. El artista independiente que da la espalda a las discográficas para mantener su esencia. Él es quien se queda bailando en la pista bebiendo copas de alcohol barato mientras el resto disfruta de botellas de Moët en el reservado. Porque eso era ser real.

Cierto es que el Hip Hop es un movimiento social adscrito a una clase social concreta, donde la estética y el discurso son claramente polarizadores de opinión. Lo cual no deja de llamar la atención si ponemos el foco de atención en la primera hornada de raperos que lograron llegar a los medios de forma -más o menos- regular durante los primeros años del Siglo XXI. Los grupos como Nach, Violadores del Verso o SFDK no dejaban de ser personas de clase media/baja con un discurso y una situación económica y social muy diferente a lo que ‘a priori’ se vendía desde el propio Hip Hop. Los propios artistas eran los que se saltaban las normas que ellos mismos adaptaron de Estados Unidos para su beneficio.

Por supuesto que todo esto no significa que el Hip Hop en España sea un movimiento exclusivamente por y para gente de clase baja. Sería más acertado decir que ese fue el mensaje que los propios artistas vendieron al resto de gente ajena a ‘la cultura’, ocultando mientras tanto su procedencia real. Fueron los años en la que los artistas dieron la espalda la industria musical públicamente -fue su discurso en sus canciones y entrevistas- mientras, en privado, ponían la mano intentando conseguir una limosna.

De la música analógica al artista digital

En aquellos años previos a la expansión global de internet, el acceso a la información era mucho más reducido y complejo. Por tanto, la exposición del artista era mucho menor, permitiendo ciertas licencias a los artistas. Alguien de Zaragoza no podía saber si realmente El Chojín era tan real como se decía o si Ivan Nieto era tan ‘fake’. Podía intuir algo de oídas pero muy pocos podían saberlo con certeza. Por una parte, la división entre artista y obra musical le daba espacio a la persona para hacer lo que quisiera en su vida, pero por otra parte le dificultaba la creación de su propia imagen. En aquellos tiempos, el artista y el producto eran dos cosas diferentes. Hoy ya no. Hoy artista y producto son uno.

Quizá antes “la música no era sólo un disco” porque la “música era un concepto” pero hacía falta un libreto, un álbum muy cuidado para expresar un concepto que hoy en día se puede expresar mediante singles y unas redes sociales trabajadas. El caso de C.Tangana, Yung Beef o Rosalía con El mal querer, son ejemplos paradigmáticos de ellos. Hace tiempo que el propio artista está a merced de su producto porque el público ya no consume las canciones de Dano, si no que consume la propia vida de Dano. Quizá Kanye West sea uno de los artistas que más lejos ha llevado esta filosofía, ya que el de Chicago ya no ofrece un producto, sino que vende una experiencia para el oyente.

Y Dano lo sabe. También lo sabe Bad Gyal. Ya no basta con que un artista exprese su discurso con sus canciones, la propia persona debe ser el discurso. Además, la aparición de nuevas herramientas ha provocado una nueva hornada de público que demanda artistas multidisciplinares, que sean capaces de transmitir su discurso por diferentes vías: Instagram, diseño de ropa, pintura, poemas, etc. Una de las primeras crews que se dieron cuenta de ello –y de paso profesionalizaron la escena- fue Ziontifik. Polo, Lacoste, el sonido neoyorkino y la estética francesa se mezclaron en este grupo de amigos de Madrid dándoles una imagen única  (llamadlo personalidad) en una época en la que los raperos todavía vestían Ecko y Roc-A-Wear. Ellos eran ‘La Resistencia’; el amor por lo analógico. Pero la importancia de Ziontifik radica en la profesionalización de su estética, que se ve reflejada en su influencia en crews posteriores como Agorazein. El grupo de C.Tangana, Sticky M.A y compañía bebe de ellos y lo lleva un paso más allá: C.Tangana ha llevado la profesionalización del gremio a los niveles más altos que se han visto en este país, colaborando con ingenieros musicales, directores de cine o diseñadores de ropa que se mueven en las altas esferas del mainstream.

La inmigración en la música

Una de las grandes preguntas que surge tras ver la charla de Frankie Pizá y Dano es ponderar la importancia de la inmigración en la música urbana. Algo que es obvio y clave pero que Dano lleva un poco más allá poniendo el foco en los jóvenes del extrarradio de Madrid y Barcelona. Los pequeños caldos de cultivo de las tendencias que años después se extenderán por el resto del país y que provocan algunos leves conflictos entre la percepción de las dos grandes ciudades españolas y el resto del territorio.

Si nos paramos a pensar y echamos la vista atrás, podemos ver la importancia que tuvo la base miltiar de Torrejón de Ardoz para que llegaran las primeras cintas de rap a este país. No deja de ser muy simbólico el mestizaje de CPV, el primer grupo español que sacó un disco con un sello discográfico. Un grupo que sentó las bases del rap protesta que inundaría posteriormente el resto del país. Años más tarde -rondando el año 2005-, en plena burbuja de éxito del rap patrio, Madrid volvía a sacar una gran cantidad de artistas que fueron ninguneados por el resto del territorio y a los que se tildaba de ‘toyacos’ y de ‘ser fakes’ fuera de las dos grandes ciudades. Estos artistas compartían una serie de rasgos comunes: rompieron con la estética típica del rap español, tenían su propio lenguaje (importado de Estados Unidos/Francia), miraban hacia ritmos mucho más sureños y el barrio tenía una gran importancia en sus letras. Así los Yako Muñoz, Solo Truth, Lex Diamond, Primer Dan y compañía se convirtieron en artistas que no eran reales y que sólo querían venderse a los ojos del resto del país. Algo que se repetiría años después con un grupo de chicos venidos de Granada, Madrid y Barcelona, que se autodemoniaron los padres del trap en España. Y otra vez, llegamos al mismo punto: la concepción cambia dependiendo del contexto en el que crezcas.

Es difícil marcar un antes y un después de cualquier cosa pero -si no fueron los culpables- Pxxr gvng tuvo mucha culpa en el cambio de mentalidad de los artistas de música urbana en este país. Concretamente, ellos fueron los primeros en atosigar al público -acostumbrado a esperar dos años para escuchar nueva música de su artista preferido- con contenido casi diario, trayendo a este país la “ansiedad por publicar contenido” que ya existía al otro lado del charco. A pesar de que su actitud refleja -muchas veces- ansias por romper con sus antecedentes (“yo fuí el primero en hacerlo por dinero, ahora to’ esos raperos dicen que no son raperos”) , lo cierto es que Pxxr Gvng sabe muy bien todo lo que había antes en España y son el ejemplo de que “la peña que más ha revolucionado es la que más sabe lo que ha pasado antes”.

No obstante, aunque ellos formaron parte de la generación que abrazó Youtube, las redes sociales y las plataformas digitales (Spotify, Soundcloud…) para alzar la cabeza en la industria musical de este país, lo cierto es que ya poco pueden hacer ante la generación posterior. La nueva oleada de artistas españoles de música urbana son nativos digitales que no conocieron lo anterior y se mueven como pez en el agua en esta nueva situación del mercado musical. Una coyuntura -dicho sea de paso- a la que muchos medios de comunicación han decidido dar la espalda.

Cuando Dano habla de la importancia de los medios en el cambio que está teniendo la cultura urbana no pudimos evitar sentirnos responsables de lo que pasa y puede llegar a pasar. Nos vimos queriendo ser esos “faros de criterio” con la obligación de informar, guiar y abrir la mente del público sin más interés que cumplir con nuestro objetivo divulgativo. Hacer entender la importancia de la inmigración en el avance de la cultura, la supresión de la actitud machista de la música urbana y la necesidad de una actitud crítica. Esto es más difícil de lo que parece, el ejemplo más claro es el trabajo constante que llevan a cabo en El Bloque Alicia y Daniel como cabezas visibles, el propio Frankie o la gente de Crypta Magazine. Nosotros queremos tratar lo que nos gusta como nos gusta y formar parte del crecimiento desde nuestro papel de nerds. Ser esa mezcla de agua y harina de maíz de la que habla Dano para saber lo que dar al lector.

“No hay medios urbanos consolidados en el aspecto mainstream. Lo bueno es que si tú creas un medio y lo haces con honestidad y le pones el 700% te harás un hueco”

Firmado por Adri Fauro y Alex Sellés

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