Soy la molécula y el Estado, soy la rata de laboratorio y
el sujeto científico que lleva a cabo la investigación,
soy el detritus de una operación química y la materia prima a partir de la cual
se elabora una nueva especie en la línea, siempre aleatoria, de la evolución de la vida.
Soy la multiplicidad del cosmos encerrada
en un régimen epistemológico y político binario, gritando
delante de ustedes. Soy un uranista en los confines del
capitalismo tecnocientífico.
Paul B. Preciado
En la inconmensurabilidad del universo, en los inmortales vacíos de la oscuridad del espacio, navegando por las galaxias y atravesando el cosmos estelar, hay cometas que con su brillo incandescente iluminan el negro de la eternidad. Estas rocas brillantes y radioactivas, desafían el tiempo, las distancias y las penumbras de lo desconocido. Los cometas van y vienen en trayectorias elípticas, parabólicas o hiperbólicas, pero nunca regresan igual ni se topan con el mismo espacio-tiempo, porque el transcurrir de los acontecimientos hace que cada ocasión de su retorno sea única, inédita y con nuevos espectadores que reciben sus sugerentes luces. De la misma manera en que Heráclito afirmó que “nadie puede bañarse dos veces en el mismo río”, yo afirmo que una persona no observa dos veces el mismo cometa, y un lector no lee dos veces el mismo libro. Entonces pareciera que los cometas, los ríos y los libros, aún con sus evidentes y obvias diferencias, comparten cualidades elementales.
Existen pequeños artefactos que concentran con tintas, gramas de papel y empastados provocativos, edificaciones que nos interpelan y convocan a la lectura, la escritura, y si hay suerte, a la trasmutación intelectual, subjetiva y afectiva. Hay escritores cuyo pensamiento resplandece de tal manera que se asemeja al de los astros que navegan a través de las galaxias en el cosmos, y cuyas obras son los cometas que surfean en el fulgor de la oscuridad del universo de los archivos. En esta ocasión nos topamos con una tríada de cometas, que bajo el signo de Paul B. Preciado, regresan como libros de claroscuros, forjados en polvo estelar, placer, deseo y testosterona, para provocar los cuerpos, agitar las mentes y reinventar el planeta que habitamos.
Desde la publicación el año pasado de Un apartamento en Urano . Crónicas del cruce (2019) del filósofo y comisario de arte Paul B. Preciado, nos enteramos por la solapa del libro que se encontraba en proceso una reedición en la prestigiosa editorial Anagrama de Testo yonqui, libro ya clásico dentro de la bibliografía elemental de los estudios de género, la teoría queer y las teorías feministas en español. Sin embargo, el 4 de marzo de 2020 Anagrama anunció la salida a la venta no sólo de la reedición de Testo yonqui, sino también nuevas ediciones de Pornotopía y Manifiesto contrasexual, en una tríada que aquí nominaré los tres cometas de Paul.
En el año 2000 con la primera publicación de Manifiesto contrasexual, Preciado eclosionó nuevas sendas de reflexión y creó posibilidades inéditas para ampliar los debates en los campos de los estudios de género, la teoría queer y los feminismos, produciendo un terrorismo intelectual para destrozar la hegemonía de las ficciones políticas del régimen heterosexual. Dedicado a Monique Wittig, conmemorando veinte años, y con una nueva e imperdible introducción de Paul, el libro define teóricamente la contrasexualidad como el fin de la Naturaleza, siendo una primera apuesta para sintetizar algunas tesis rectoras de las teorías feministas, políticas y filosóficas sobre los cuerpos, la sexualidad y el género, siendo un panfleto imprescindible del siglo XXI, que cuestiona magistralmente los binarismos y las segregaciones raciales, de clase y sexo, al mismo tiempo que coloca al dildo como elemento articulador de sus reflexiones. Preciado proporciona los principios rectores que configuran políticamente a las sociedades contrasexuales y propone ejemplos de contrato, ensayos de teoría y ejercicios de reconversión del poder y de producción de subjetividad vía la intensificación del uso de los placeres, apuntando a la colectivización de las prácticas significantes y los lugares de enunciación, así como a la reinvención de la erótica.
Paul propone que la contrasexualidad tiene por objeto de estudio los procesos de invención, gestión y producción de la tecnosexualidad moderna de los cuerpos, haciendo disecciones precisas de los sistemas semióticos, científicos, discursivos y mediáticos que nos configuran. Como su opera prima, el Manifiesto contrasexual es importante porque sitúa al cuerpo del sujeto como una codificación de textos hechos carne, sangre y huesos, desacralizando su ontología y potencializando la fuerza de las máquinas deseantes. Su argumento sitúa al género como una prótesis, al sexo como una tecnología y al placer anal como una práctica política de creación de subjetividad subalterna y de reconversión del poder, donde el dildo es la herramienta estratégica de deconstrucción.
Diez años después de la publicación del Manifiesto, Paul fue finalista del premio Anagrama de Ensayo 2010 con Pornotopía, un libro erudito y documentado en el que estudia la arquitectura y sexualidad en Playboy durante el periodo de la guerra fría en Estados Unidos. Paul fue alumno de Ágnes Heller, Jacques Derrida y Beatriz Colomina, y el libro Pornotopía es el producto de su investigación doctoral en filosofía y teoría de la Arquitectura que realizó en la Universidad de Princeton. La investigación indaga el nacimiento de los diseños espaciales y mediáticos actuales para los espacios reservados a la producción de placer y capital. Su investigación registra un enclave particular, móvil, tecno-visual-espacial, sin localización fija, pero con delimitaciones precisas, de pequeñas utopías sexuales, burbujas del placer, archipiélagos de experimentación que devendrán en el régimen farmacopornográfico.
Para su estudio, Preciado retoma la noción foucaultiana de heterotopología, para analizar el complejo del burdel multimedia que fue la Mansión Playboy como un ejemplo prínceps de una pornotopía. Sin embargo, Paul no teoriza sobre Playboy como un objeto histórico muerto, sino como un archivum vitalis al que hace una vivisección para trazar genealogías del presente. Su recorrido es una sinfonía escritural que nos lleva por cada uno de los elementos que conforman el viscoso, multimedia y monumental imperio de Hefner, con diez movimientos que van desde el diseño de las estéticas femeninas y el decorado de los espacios, pasando por la reinvención de una conciencia doméstica masculina inscrita al sexo heterosexual, el despliegue de una intimidad al desnudo asociada a las tecnologías de la vivienda urbana, los nuevos productos pornográficos para la venta de momentos masturbatorios, los prototipos de propaganda, publicidad y telecomunicación en los que se fabrican al mismo tiempo que se teatralizan las ficciones identitarias de la masculinidad y la feminidad, y las arquitecturas de los laboratorios en los que el sexo, las drogas y el placer son los elementos para el usufructo del capital fármacopornográfico. El cierre magistral de la presentación melódica de Paul es una coda en la que concluye que la pornotopía no es meramente un lugar que habitamos, sino un espacio que nos habita.
Pornotopía es al mismo tiempo un enorme pie de página del libro más provocador y deslumbrante de Paul hasta el momento: Testo yonqui. Testimonio de bioterrorismo de género a nivel molecular, registro de un ensayo corporal, notas de un protocolo de intoxicación voluntaria a base de testosterona sintética que sigue el principio de experimentación autocobaya y tratado filosófico que traza conceptualmente las principales directrices del pensamiento de Paul B. Preciado, Testo yonqui es un libro potente y estimulante. Libro-experiencia en el sentido foucaultiano, se trata de una reflexión filosófica rigurosa sobre el conjunto de tecnologías y formas de producción de la subjetividad en nuestro tiempo, con un marco conceptual-teórico-político denominado por Preciado como régimen farmacopornográfico. El desfiladero de temas que recorre Testo yonqui va desde el placer, el sexo, el amor, los afectos, la amistad y el miedo, hasta la disección de las epistemologías de los discursos científicos, los códigos del porno, las arqueologías modernas del género, las genealogías de los dispositivos médicos, farmacéuticos y mediáticos, con sus flujos digitales, virales, oncológicos y psicotrópicos subsecuentes.
“Si el lector encuentra dispuestos aquí, sin solución de continuidad, reflexiones filosóficas, narraciones de sesiones de administración de hormonas y relatos detallados de prácticas sexuales es simplemente porque este es el modo en el que se construye y deconstruye la subjetividad”
Pero además, también hay en la escritura de Paul una potencia apasionante, que inflama la carne, desnuda la imaginación y estimula el deseo.
“Mientras nos alejamos dejando atrás tu cuerpo, que ya ha empezado a fermentar entre las flores de Montparnasse, te prometo que vendremos a tocarnos las tetas encima de tu tumba, que vendremos a dejar sobre la losa las huellas de nuestros fluidos corporales, como dos lobos dormiremos sobre tu tumba, calentaremos tus huesos, como dos vampiros vendremos a saciar tu sed de sexo, de sangre y de testosterona”
Siendo un filósofo metodológicamente nominalista, una de las líneas de trabajo de Preciado ha sido la construcción de marcos conceptuales para hacer análisis contrahegemónicos que permitan estudiar, diseccionar y analizar los órganos vitales de los procesos históricos de edificación de las ficciones interceptas en la historia política del cuerpo, las producciones de verdad y las tecnologías del poder, intentando a su vez trazar una cartografía de líneas de fuga, contraespacios heterotópicos y prácticas subversivas de resistencia de las y los subalternos. Cada uno de sus libros puede ser leído como un ensayo de respuesta a la pregunta “¿cómo practicar filosofías a la altura de nuestro tiempo?” Cada propuesta escritural de Preciado es la huella de cortes precisos, indagaciones situadas y reflexiones que trenzan los hilos de los litorales entre el testimonio, la filosofía, la literatura y la proclama política. Celebro la reedición de los tres cometas de Paul – Manifiesto contrasexual, Testo yonqui y Pornotopía – en la colección Argumentos de Anagrama, porque eso permitirá que nuevos lectores conozcan su obra y que otros más la volvamos a revisitar. Si en efecto Paul B. Preciado tiene Un apartamento en Urano, nosotros estamos preparados en nuestros respectivos planetas para recibir nuevamente la visita de esos tres cometas, fríos, potentes y míticos para bañarnos en las aguas cósmicas de sus ríos de letras.
Realizó estudios de Licenciatura y Maestría en Psicología Clínica en la Facultad de Psicología de la UAQ, México. Es miembro de la red de investigadores del Laboratorio Iberoamericano para el Estudio Sociohistórico de las Sexualidades. Actual coordinador y miembro fundador de Opacidades: Grupo de Estudio sobre Erotismo, Sexualidad y Género. Coautor del libro La infancia vulnerable. Ha publicado artículos y reseñas en diferentes revistas. Gestionó y organizó el 1er y 2do Coloquio Sobre Erotismos, Sexualidades y Género en 2015 y 2016 en la UAQ.