Flat Erik (Erik Urano) – Balaclava: El elegido

Erik Urano

Erik Urano ha vuelto a quitarse el traje espacial para dejarse caer por La Tierra cambiando de nombre, Flat Erik, pero no de forma, como nos ha dejado ver en el teaser de Balaclava. Nos informó de ello en 4K desechando los 16 mm y demostrando que sigue siendo un híbrido entre Asimov, Julio Verne y Yuri Gagarin.

La ciudad huele a humo de fábricas y a Grime. La influencia de este género en el dúo de Valladolid no es nueva pero esta vez Zar1 no carga solo con el peso de las instrumentales. Quizás por ese motivo el EP es una evolución del clásico sonido al que Erik y Zar1 nos tienen acostumbrados. Mirando siempre de reojo a Def Jux y al Houston clásico, el artista nos sumerge completamente en su propio universo y en las raíces del Grime británico a través de la introducción musical de Balaclava. A partir de ese momento, ya no hay retorno.

“Yo y mis gorriones uniendo puntos”

Balaclava es Erik y Erik es su propia Sonda Plank captando la imagen de sí mismo. El EP nace de un mismo concepto: el aislamiento ante un sistema peligroso. Es una masa que se expande como el Universo y cuya luz de 27 años de antigüedad nos ha dado el mapa más detallado del artista.

Y, paradójicamente, nos muestra todo lo que es sin necesidad de hacer lo mismo con su cara. O sí. Porque “con el tiempo la máscara se convierte en rostro”, como dice Erik citando a Marguerite Yourcenar. El trabajo puede interpretarse sin necesidad de seguir el orden numérico del uno al cinco. Nos permite convertirnos en “gorriones uniendo puntos”.

No I.D evoca directamente a las fiestas clandestinas y Sound Systems de los bajos fondos londinenses gracias a la instrumental de Zar 1. El beatmaker demuestra su gran conocimiento de la electrónica y consigue recrear ese agujero de gusano que son las Raves. La mezcla de conocimientos astrofísicos y la cultura popular hace de Erik Urano un divulgador. Sin globos, maquillaje ni cambios de forma “hace flotar a los niños”.

“Quemo mis sueños a medio gas”

Pero los niños crecen y los golpes en la cara se convierten en heridas que dejan huella y marcan para siempre a jóvenes sin futuro de barrios sin presente. Erik forma parte de una generación con “menos salidas que fobias” obligada a evadirse de una realidad que le da la espalda y le niega oportunidades. En Vybz, Skyhook y Fade Guido ayudan a que sigamos en un agujero de gusano con una instrumental que bebe directamente del Houston de los noventa. Un Chopped and screwed antigravitatorio .

La institucionalización de los niños del barrio obliga a las nuevas generaciones a andar el camino que ya anduvo la anterior, consiguiendo sus mismos triunfos y cometiendo los mismos errores. La “arrogancia en viejos guardias” que se transformará en “futura arrogancia en nuevos guardias”, las cotidianidad del presente y los nuevos éxitos amparados en antiguas mentiras.

Aunque más que antiguas podemos considerarlas atemporales. El fenómeno fan y la necesidad de tener un referente al que seguir da lugar a “nuevos profetas y falsos ovnis” de los que habla en Balaclava. Ufos que vuelan en un cielo ficticio, de una ciudad ficticia en la que viven personas ancladas la mentira. Conocer todo esto lleva a Erik a sentirse con el peso de ser El elegido. Anclarse él también al mundo y no huir de Matrix, reprogramarla. Un Dr. Manhattan con pasamontañas.

“Sois el futuro que quedó atrás”

Un Kepler que explica su propia ley en Carl Sagan Bars. Entre referencias que unen a Dios y al dinero, nos perdemos en un nivel subatómico en el que el de Valladolor escribe como en casa. Solamente sale de él para volver al cosmos, donde nació, y observar un “cielo lleno de cadáveres”.

Si en Vybz, Skyhook y Fade Guido nos sumergían en la sofocante atmósfera de un barrio sin presente, en Carl Sagan Bars nos lleva a los polígonos llenos de fábricas y a una ciudad industrializada donde el futuro brilla por su ausencia. Mediante sintetizadores y una instrumental de Grime, el beatmaker logra que nos sintamos la ansiedad de conocer tanto las luces como las sombras y la frustración que conlleva. La creación del ambiente de la canción está particularmente bien lograda, confirmando que el artista vallisoletano no tiene nada que envidiar en este aspecto a grandes especialistas como Flatbush Zombies.

“Divulgaciones a pie de calle”

Además, Carl Sagan Bars sirve como antesala de Capsule, el track que cierra el álbum y donde la música de Lost Twin da un paso adelante y se convierte en la auténtica protagonista del cierre. Unos tambores y sintetizadores abren el camino a una instrumental mucho más cercana a ritmos de rave que va cambiando conforme avanza -como Erik-  jugando con las sensaciones del oyente.

Capsule es la despedida del que pone fin a una relación con un “no soy yo, eres tú”. Ya avisó en el Vostok 1 de Cosmonáutica de que echaba de menos estar encerrado porque aquí solamente vemos “el estilo, no los tejidos”. Bucear en la gente está mal visto y nos puede el miedo a desafiar a las leyes no escritas. Nadie quiere que le rechacen por mirar dentro del alma de los demás.

En resumen, Erik ha creado un mundo psicodélico e industrial con una atmósfera propia donde el aire es denso y cuesta respirar. Las máquinas han tomado el control de una sociedad artificial y los humanos se limitan a sobrevivir transformados en meros productos de una cadena de montaje. Y lo más sofocante es que esta historia no tiene un final feliz, solo es divulgación a pie de calle.

 

Escrito por Adri Fauro y Alex Sellés

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