“oh en la Ciudad Condal” No hay un antes ni un después. Solo está Elizabeth Duval, lo que escribe, el ahora y cómo encierra eso en Excepción. Leemos la palabra fuego pero no podemos ver el estado material del mismo. […]
“Si tuviera una cuerda en la tripa, al menos podría tirar de ella para escapar a algún lugar lejano, o quizá para deslizarse hacia dentro de sí misma y quedarse ahí escondida, a oscuras entre las vísceras, calentita y tranquila” […]
“¿Me largo para no volver jamás o me dejo enamorar sin remedio por esta ciudad desdeñosa que pretende humillarme, lo más mío del mundo, y me decido a escalar sus murallas a riesgo de morir en el empeño?” Irse de […]