Carlos Pacheco: “Los viejos lectores ya no reconocen a los superhéroes que hay actualmente”

Carlos Pacheco

Carlos Pacheco (San Roque, Cádiz) nació en 1962 y desde entonces ha sostenido un tebeo entre sus manos. Él fue el primer dibujante español en trabajar para Marvel, abriendo así la puerta a toda la increíble generación que ha venido detrás y construyendo un camino que otros andan actualmente. Sus lápices han dado vida al los Vengadores, Batman, Superman y muchos más superhéroes.

Inmerso en la creación de nuevas historietas que llevar a las páginas, Carlos Pacheco nos hace un hueco para repasar su larga trayectoria y charlar un rato sobre el mundo del cómic.

P: Hola Carlos, ¿Cuál es tu primer contacto con el mundo del cómic?

Carlos Pacheco: Yo creo que fue el mundo del cómic el que empezó a relacionarse conmigo porque no recuerdo mi vida sin él. Tengo fotos mías con dos años y con un tebeo en las manos.. No fue una revelación que apareció en un momento determinado, más bien siempre ha estado en mi vida. Y eso que en mi casa no existían los cómics, probablemente el primero que entró fue el que algún familiar me compró a mi para que me entretuviese. Es que en los años 60 existían los cómics como parte de la cultura popular pero no había una afición. Digamos que no fue nada heredado.

Poríamos llamarlo casualidad…

O causalidad. Algo había dentro de mi que hacía que aquello me atrajera de manera irresistible. Pero ni mucho menos fue una herencia cultural de un tío o un padre que te deja sus cómics. De hecho, creo que de mi pueblo fui el único que leyó cómics durante muchos años.

De ahí que hayas dicho muchas veces que te atrae el medio y no el mundo de los superhéroes, ¿A qué se debe esta atracción?

No lo sé porque yo era aficionado a los cómics antes de que llegaran los superhéroes a principios de los setenta. Entonces yo ya tenía la afición muy pillada gracias a la revista de Bruguera o con las ediciones de Pilote o de Uderzo (Astérix). O incluso los tebeos de Jerónimo. Yo es que lo devoraba todo.

¿Qué supuso la entrada de los superhéroes?

Los superhéroes supusieron la modernidad en una España que estaba anclada en los cincuenta. Y aquello fue un impacto brutal. Sin embargo, a mi los cómics me interesaban porque lo que me gustaba era contar historias, era el típico niño que jugaba con un fuerte de vaqueros y se pasaba la tarde construyendo sus historias. Entonces, teniendo una cierta habilidad para dibujar, descubrir que existía un lenguaje que te permitía contar historias con un papel y un lápiz – y nada más – era algo increíble. Porque una película era algo que estaba demasiado lejos para un niño de un pueblo de Cádiz; también me gustaba pero lo veía imposible. Al tener esa habilidad para dibujar, entendí que el cómic me permitía contar las historias que quería y me centré en ello desde bien pequeño.

¿Y cuáles son los cómics que te influyeron para contar esas historias que tenías en la cabeza?

Hay dos cómics que me marcan de una manera definitiva: Blueberry con Jean Giraud y Michel Tanguy de Uderzo. Estos cómics europeos unían las dos cosas que más me gustaban: los aviones y el “Western”. De hecho, yo le hice un homenaje personal a Blueberry en las primeras páginas de Arrowsmith y a Uderzo se lo hago al principio de Green Lantern. Esos dos cómics son los que crean esa fascinación absoluta por el tebeo pero luego llegan los X-Men, los Cuatro Fantásticos y los Vengadores y ahí se cierra la puerta definitiva donde ya no hay vuelta atrás.

Una de las cosas que más me llama la atención es que no has estudiado nada relacionado con Bellas Artes o artes plásticas, ¿Crees que esta falta de formación típica te ha dado más cosas positivas que negativas?

Sinceramente, a mi me hubiera gustado tenerla porque creo que esos estudios van mucho más allá del dominio de la técnica y te aportan una visión general de la historieta. A ver, para una generación concreta, la historieta era la menor de las artes plásticas y si algo definía a los dibujantes era, precisamente, que no tenían formación académica. Era gente que tenía que empezar a trabajar en el medio con 13 años, o incluso menos e iban aprendiendo sobre la marcha. Cuando el aficionado de la historieta empieza a hacerse adulto y quiere convertirse en profesional tiene la intención de darle una dimensión que hasta entonces no había tenido. A partir de ahí, empiezan a estudiar Bellas Artes y aparecen profesionales del dibujo.

Pero… ¿Cuál es esa visión general de la historieta de la que hablas?

Pues en estos casos, muchas veces domina lo gráfico frente a lo narrativo. Sin embargo, los dibujantes sin formación académica, conscientes de sus limitaciones en el dibujo, ponían el énfasis en la narración. Y así se creaban tebeos mucho más populares. Yo me siento más identificado con esa visión del cómic como algo más popular que trascendente. Pero claro que me habría gustado tener esa formación. Ahora cuando veo a autores como Munuera o Walta. que son capaces de combinar ese dominio de la narración con el compromiso gráfico siento una profunda envidia. Ya te digo, quizá en los ochenta y los noventa sí que existía un predominio de los gráfico sobre lo narrativo.

Sin embargo, los ochenta es la época del escritor como figura mediática. Neil Gaiman, Alan Moore, Frank Miller… Da la sensación que el guionista estaba más cotizado que el dibujante.

En Estados Unidos pasó una cosa que tiene que ver con que el cómic no intentase avanzar con el dibujo. En esa época, el cómic tenía tanto éxito que los dibujantes se retroalimentaban de ellos mismos. Es decir, los nuevos dibujantes que entraban se influenciaban de los dibujantes que ya estaban en el mercado y no se preocupaban de buscar influencias fuera. El dibujante que quería dibujar como Jim Lee solo quería dibujar como Jim Lee. No obstante, unos años antes sí que existieron esos dibujantes que buscaban las influencias fuera: Frank Miller o Bill Sienkiewicz, por ejemplo. De hecho, en esa época aparece la moda del cómic pintado, que tiene mucho que ver con el dominio de lo gráfico sobre lo narrativo. E incluso muchos de los dibujantes que se involucraron en el cómic pintado le daban mucha más importancia a lo pictórico frente a lo narrativo.

La aparición de autores como Gaiman o Moore fue una revolución absoluta. Es que además fueron los guionistas que lo cambiaron todo. Hasta la llegada de Moore, el guionista referencia era Chris Claremont pero no te vendía cómics si no incluían la letra X. Chris era un superventas siempre que trabajaba con los mutantes pero cuando salía de ellos no lograba vender tanto. Y eso que hizo obras maravillosas como El Dragón Negro. Por eso es tan importante la llegada de Moore, porque aparece un guionista estrella en sí mismo, que es capaz de vender absolutamente todo lo que hace. Y a su rebufo ya llegan otro como Gaiman, Grant Morrison o Peter Milligan. Y todo esto inicia una nueva etapa del mundo del cómic donde los guionistas se convierten en las estrellas.

¿Qué significó para ti – como fan de X-Men – la llamada de Marvel para trabajar con ellos?

Yo todavía no me lo creo y fíjate si ha pasado tiempo. Realmente, yo soñaba con que algún día llegara pero no existían precedentes anteriores. La gente española que había trabajado para Marvel lo hacían con agencia y no tocaban los superhéroes. De hecho, muchos de ellos ni los conocían, como Esteban Maroto o Suso Peña. Esa gente trabajaba para revistas en blanco y negro de Marvel y muchos de ellos no sabían ni que estaban trabajando para Marvel. Sin embargo, yo sí que quería trabajar para Marvel desde bien pequeño.

Algo se comenta de Planeta te aconsejó no firmar las portadas que dibujabas.

A ver, es que las portadas españolas de Vértice no eran bien recibidas por parte de los aficionados al cómic de los años setenta porque tenían la sensación de perderse algo importante. Aquí las primeras portadas las hacía Rafael López Espí y eran fabulosas. De hecho esa primera etapa fue una gran influencia para mi. Pero luego, cuando apareció el segundo volumen, las portadas cambiaron y se notaba que estaban copiadas de las originales. Y ese cambio tenía a los aficionados muy molestos. Así que cuando me pidieron que hiciera portadas para la Secret Wars pues me aconsejaron que no pusiera mi nombre porque el aficionado español no lo recibiría bien. Al final, cuando empezaron a publicarse las primeras portadas y vieron el éxito que tenían, me pidieron que firmara con mi nombre.

Y de ahí a Marvel UK.

De ahí directamente a que Fórum publicase una felicitación de Navidad que hablaba de mí. Entonces, flipé porque pasamos de que no querían que pusiera mi nombre a elogiarme. Después de esto, hice un viaje a Estados Unidos y me reuní con Tom DeFalco, que era el editor jefe de Marvel en aquella época, y con John Romita y me tomaron mis datos y me dijeron que me llamarían. Y bueno, pasó bastante tiempo y yo ya pensaba que se habían olvidado. Sin embargo, a los dos años o así recibí una carta de Marvel diciendo que me llamarían desde Marvel UK… ¡Y lo hicieron!. La verdad es que fue muy bien y tuvimos un buen año allí. A partir de esa llamada entró todo el mundo.

Fuiste el pionero.

Sí, claro. Yo me siento muy orgulloso de que mi cabezonería con el mundo de los superhéroes porque por aquella época, principios de los ochenta, decir que te gustaban los superhéroes era ponerte un cartel que decía “Kick me, I’m stupid”. Claro, es que en pleno auge del PSOE reivindicativo y antiimperialista, decir que te gustaban los superhéroes era una locura. Estos cómics eran vistos como el epítome del imperialismo ‘yankee’ en la época de Reagan.

¿Crees que todavía siguen esos prejuicios?

Puede que sí pero mucho más disimulados porque mucha gente ya es consciente de que uno de los pocos sitios donde puedes ganarte la vida es ahí. Hay mucho dibujante que teniendo estos prejuicios intenta meterse ahí. Pero sí, si que existen esos prejuicios.

De ahí la diferenciación entre novela gráfica y cómic que está tan de moda.

Sí, todavía existe ese prejuicio. Hoy en día se pretende ser un poco más condescendiente o paternalista con el cómic de los superhéroes dentro del mundillo. Para el mundo exterior no existe este tipo de diferencia porque da igual si lees novela gráfica, grapa o lo que sea… Para ellos todo es lo mismo. La mayoría de gente sigue considerando que un adulto sensato no debería entretenerse con cómics. El problema está en la gente que leemos cómics porque somos nosotros mismos quienes hacemos estas mismas distinciones.

Y bueno, ahora que el cómic ya está considerado un arte, ¿Cuáles serían los dibujantes que tú recomendarías?

Cualquier autor es una especie de vórtice en el que confluyen las características del mundo en el que vive. Entonces mis influencias son mis influencias, consecuencias del tiempo que yo viví y de los dibujantes que había en aquella época. Por eso, decirle a un chico que quiere ser dibujante que se fije en Kirby o Neal Adams es prácticamente animarlo a que se suicide porque el mundo es otro. Para mi, evidentemente, Adams, Buscema o Uderzo son mis referentes pero entiendo que los chicos de ahora tienen que tomar otro camino y otras referencias. Y no sólo es una cuestión estética, sino incluso del proceso. Ninguno de los autores de los que te estoy hablando han visto una Cintiq en su vida, así que el proceso hecho con técnicas infográficas es totalmente distinto ahora. Hoy en día, un autor tiene la obligación de mirar referencias mucho más actuales, siendo consciente también de cuál es la historia del medio. Una cosa que a mi siempre me parece muy positiva es prestarle atención a los autores que hacen cosas que no son las que a ti te gustaría hacer porque puedes aprender muchísimo si abres tu mente a otro tipo de autores.

De hecho, una cosa que favoreció al mercado estadounidense fue la internacionalización de los dibujantes…

Estoy completamente de acuerdo contigo porque el cómic estadounidense se encontraba en un momento de colapso, salvo algunos que marcaban la diferencia. Pero la marcaban tanto que los nuevos dibujantes querían dibujar exactamente línea a línea como Adam Hughes. Era gente que no entendía eso como un punto de partida sino como una meta final. Lo peor es que aquello estaba promovido por los editores de la época que premiaban que copiaran a estos dibujantes. Más que nada, tenían miedo de perder a los lectores que tenían y buscaban repetir patrones. Yo creo que la internacionalización del mercado estadounidense abrió las puertas de una regeneración del arte del cómic, aunque en muchos casos (como es el mío) tuviéramos un estilo tradicional. En mi caso, lo que yo les aporté fue una mirada que ya no se tenía en Estados Unidos, pero no por nueva, sino por abandonada.

Tú que has trabajado en Marvel y en DC, ¿Con qué Editorial te sientes más cómodo?

Yo con la gente . En serio, no existen grandes diferencias y cada vez menos. Es más, ya no hay ninguna. Hubo un tiempo en que sí que había diferencias porque DC pertenecía a un imperio empresarial como era Warner y había un proceso burocrático mucho más complejo que en Marvel. Esto ya lo he dicho muchas veces pero es muy descriptivo: en Marvel, los éxitos se celebraban con cerveza y en DC con champagne. Eso deja claro el espíritu de cada uno.

Pero al final, tú trabajas con un editor, que es una persona, y es quien te marca los tiempos. Así que te encuentras trabajando con una persona que comprende (o no) tu trabajo, tus personajes, tu tiempo o tu estilo. Allí en Estados Unidos los equipos creativos van cambiando y, hoy en día, el staff editorial de DC es la gente que me contrató a mi en Marvel. Por eso, cuando voy a DC ahora es como si entrara en la Marvel de los noventa.

Ese baile de compañía es una cosa que sorprende mucho en España, ¿Cómo crees que ha cambiado el mercado del cómic desde los ochenta hasta ahora?

Pues en Estados Unidos ha cambiado radicalmente. La internacionalización lo ha cambiado todo porque ya no es un mercado cerrado. Aquello evolucionaba como una isla cerrada – como Australia – siguiendo una línea completamente ajena a lo que ocurría en Japón o en Europa. Y de hecho, a mi me gustaba eso porque tenía un toque exótico que era consecuencia de ser un mercado cerrado. Cuando aparece esa internacionalización, aparecen autores que no tienen los referentes clásicos del medio e incluso algunos de ellos se precian de no conocer el medio. La aparición de autores españoles, italianos, franceses y yugoslavos, con un background diferente, da una visión distinta del superhéroe.

Y bueno, a eso hay que sumarle la compra de Marvel por parte de Disney, las películas y su cambio de estética. Ahora los superhéroes ya no mantienen una doble identidad y van con la cara descubierta, algo que – para muchos – supone ir en contra de la propia tradición del superhéroe. Y cada uno de estos elementos termina formando una industria totalmente alejada de lo que era cuando se publicó el primer número de Los Cuatro Fantásticos. En Marvel, ha cambiado todo mucho, hasta el punto de que los viejos lectores ya no reconocen a los superhéroes que hay actualmente.

La compra de Disney es un punto súper interesante que lo cambia todo, ¿Cómo afecta el Universo Cinematográfico Marvel a los cómics? ¿Se pueden convertir en tráileres o finales alternativos de las películas?

Los cómics son los graneros para las películas, donde los directores van a coger algunos elementos que les puedan servir para alimentar a los fans del cine. Pero probablemente esto no sea ni bueno, ni malo, ya que se habrán perdido muchas cosas y se habrán ganado muchas otras. Cuando tú ves que en las tiendas de Amancio Ortega se venden camisetas con los iconos con los que tú has crecido te das cuenta de que algo ha cambiado. Los superhéroes han tomado el cine. Y eso implica que hoy en día hay una generación para los que esos personajes son personajes de cine, no de cómic. Fíjate si han cambiado las cosas que yo recuerdo hablar con Nick Lowe, editor de Marvel, y me dijo que nadie daba crédito de que Iron Man fuera más popular que Lobezno. ¿Cuándo ha sido Iron Man popular en los cómics?

Es que claro, los Vengadores no eran los populares…

¡Claro! Es que Marvel Studios hace Los Vengadores porque nadie los quería. La gente lo que quería era los X-Men porque eran los populares. Fox se gasta el dinero en X-Men y Sony en Spider-Man pero Los Vengadores no los quería nadie. De hecho, Marvel tuvo que guardarse la baza de George Pérez durante mucho tiempo para relanzar mínimamente a Los Vengadores porque no había forma. Cuando yo hice Avengers Forever nadie quería hacerlo, todos querían hacer X-Men.

¿Qué saga es la que más has disfrutado dibujando?

Yo me lo pasé muy bien con Avengers Forever porque era unos Vengadores muy particulares, los que siempre quisimos hacer y en aquel momento pudimos hacer. Nos permitimos el lujo de trabajar con personajes como Yellow Jacket u Ojo de Halcón y le dimos un aspecto nuevo a Capitán Marvel o la Sota de Corazones. También me lo pasé muy bien con la JLA/JSA porque fueron mis primeros cómics y poder trabajar con ellos fue increíble. Siempre disfruto con mi trabajo, incluso dibujando a personajes que no me interesaban como aficionado, como pueda ser Superman. Siempre he buscado el punto de conexión con el personaje para ver de qué manera podía hacerlo para encontrar la empatía con la colección.

Una cosa que siempre me ha llamado la atención es el proceso creativo de los cómics. Organizar el trabajo conjunto del guionista, el dibujante, el colorista y el entintador me parece bastante complicado. Como dibujante, ¿Cómo llevas que alguien retoque tus dibujos?

Pues mira, yo siempre uso la misma analogía para explicarlo porque creo que lo define a la perfección: somos una banda de Rock. Es decir, no somos un cantautor que está encima de un escenario y todo lo que ocurre depende de él. Somos una banda y cada uno tiene su función y se encarga de una parte. Yo me responsabilizo de lo que yo hago pero no puedo responsabilizarme de lo que hacen otros. Es más, tú puedes ser el guitarrista, aquel por el que todo el mundo compra la entrada, pero no eres el jefe porque sin el resto de la banda, no hay banda. De hecho, hace unos meses estuve en una charla con Joe Hill y él usa exactamente la misma analogía para explicarlo, así que debe de ser buena para que alguien que esté en la otra punta del mundo también la utilice.

Yo intento rodearme de gente que comparta mi manera de entender la historieta y sea afín a mi. Muchas veces mezclar lo mejor no es sinónimo de éxito, ahí tienes el caso de Freddy Mercury y Montserrat Caballé. Por ejemplo, ahora mismo disfruto mucho trabajando con Rafa Fonteriz, que es quien me entinta los dibujos, porque puedo llamarle y trabajar de forma conjunta. Además, es mi amigo. Sin embargo, con los coloristas suelo tener menos contacto porque Marvel trabaja de una forma muy particular: espera a tener todo el trabajo hecho y se lo manda a los coloristas y hasta hace muy poco el colorista ni siquiera recibía el guión. Entonces estaban metiendo color a algo sin saber muy bien qué era.

He visto que muchas veces has sido muy crítico con el código de censura de los cómics (“Comics Code Authority”), ¿Cómo crees que debería cambiarse?

No sé si se puede cambiar pero debería hacerse porque es absurdo mantener unos códigos de censura sexuales en el mundo del cómic. La generación que consume cómics hoy en día es la generación de internet, y ya me dirás si eso es una visión arcaica o no. Es imposible mantener alejado el mundo del cómic de la sexualidad porque hoy en día todo está sexualizado. Si te compras un videojuego vas a ver que cualquiera de ellos tiene una carga sexual muy grande, incluso los que no tienen el aviso de contenido sexual. Por ejemplo, un juego como el Witcher 3, que ha vendido todo lo que ha vendido, tiene muchísimos desnudos que son parte de la historia.

Entonces, se debería normalizar. Lo que me parece mal es cuando el uso del sexo va dirigido al lector y no a la coherencia interna de la historia que estás contando. Es decir, no entiendo la necesidad de querer excitar al lector con escenas de sexo o desnudos como parte de buscar que se enganche a la colección. Yo nunca he entendido a las superheroínas con ligueros y tacones. De hecho, en Avengers Forever hicimos una escena en la que la Avispa va corriendo y se le rompe un tacón. Estoy en contra de utilizar las necesidades sexuales más oscuras del lector como motor de compra.

Sin embargo, que el sexo forme parte de la trama de los cómics me parece que es algo obvio y que debe de ser lo natural porque es la única forma de crecer como medio. Es decir, el cómic quiere crecer y llegar a un público adulto debe asumir que el sexo forma parte del mundo adulto. Al final, no hay sexo en los cómics de superhéroes para proteger a los niños pero de ahí se extrae una peligrosa conclusión: el cómic de superhéroes es para niños. Todo esta situación es una pescadilla que se muerde la cola: cuanto más proteges a los niños de los contenidos sexuales, más metes ese tipo de cómic en el mundo infantil.

Uno de los problemas quizá sea que la visión de los cómics de superhéroes es principalmente masculina y deja a la mujer en un segundo plano. Algo que está intentando cambiar ahora Marvel con sus nuevas colecciones.

Yo es que no lo veo así porque yo he crecido con una Marvel que se caracterizaba por eso. Es cierto que el público ha sido mayoritariamente masculino durante algunas décadas pero la Marvel de los setenta, que es la época gloriosa de Marvel, se caracterizaba precisamente por esa multiculturalidad. Es cierto que es una multiculturalidad amparada en la necesidad de seguir modas pero hacía su función. Por ponerte algún ejemplo, en los setenta te encontrabas a Pantera Negra luchando contra el Ku-Klux-Klan, no un grupo inspirado en ellos, sino el propio Ku-Klux-Klan. También tenías a Mss. Marvel (actual Capitana Marvel), a Shang-Chi, Luke Cage, a los Hijos del Tigre o los propios X-Men. De hecho, cuando Chris crea a los mutantes les da una diversidad increíble ¡Cada uno era de una nacionalidad! Fíjate: Tormenta, Rondador Nocturno, Coloso… había de todo.

También es cierto que los noventa fueron un sumidero creativo jodido y bajó todo. Pero creo que es injusto pensar que lo que se está haciendo ahora es nuevo porque no lo es. De hecho, la diversidad cultural ha sido una seña de identidad de Marvel durante muchos años y que ha definido la propia línea evolutiva de la compañía.

Además, parece que ahora el mundo del cómic ya no es solamente terreno de chicos.

Claro, la llegada de mujeres al mundo del cómic retroalimenta todo esto que estoy diciendo. Antes también había chicas que leían entusiasmadas a los X-Men de Chris Claremont porque creo que simplemente se trata de hacer las cosas bien. Por eso creo que dirigir de manera artificial un cómic concreto a un público concreto no es una buena idea y es hacer cómic comercial.

Hablando de cómics comerciales, ¿Qué es lo que estás leyendo ahora mismo?

Pues ahora mismo me pillas leyendo muchas cosas (risas). Estoy releyendo Strangers in Paradise de Terry Moore que hacía tiempo que la había abandonado. Y también me gusta muchísimo lo que está haciendo DC con El Caballero Blanco. Pero vamos, no soy de seguir colecciones, normalmente intento seguir a autores: Mateo Escalera o Walta, por ejemplo. De hecho, tengo muchas ganas de pillar el Doctor Extraño de Walta en un tomo y leerlo entero.

¡Totalmente! En la revista somos muy fans del trabajo que hizo con Tom King, que parece que se esté convirtiendo en el autor de moda actualmente. No sé si estás muy al corriente de todo lo que está sacando

Sí, claro. De Tom King leí La Visión y lo que hizo con Omega Men. Todavía no me he puesto con Míster Milagro pero es una cosa que tengo pendiente. De hecho, hace poco le comentaba a la gente de ECC que no entiendo porqué el éxito de crítica que está teniendo el Míster Milagro de Tom King no ayude a sacar algunas cosas inéditas que todavía no se han publicado en España. Cosas que son muy buenas e interesantes como el Míster Milagro de Steve Englehart y Marshall Rogers. Me gustaría también aprovechar todo el tirón del cómic de Tom King para ver si se podría publicar todo ese contenido más antiguo.

Ahora es el momento para que las editoriales lancen todo ese material que no podrían sacar en otro momento.

Sí, de hecho ahora están sacando muchas colecciones que van a rebufo de las películas. Y bueno, no me entusiasma pero me parece bien porque para eso sirven las películas. Yo es que soy mucho de cómics viejunos y sigo leyendo entusiasmado a Paco Roca o Sento.

Por tus palabras entiendo que el cómic español goza de muy buena salud

El cómic español no lo sé, pero los autores españoles sí que tienen muy buena salud. Al margen de la de la industria, me gusta leer cómics españoles y me gusta que artistas españoles trabajen para Marvel porque me acerca a los superhéroes. Al final, me siento más cercano a lo que haga un autor español con un superhéroe que a lo que pueda hacer un artista checo, a pesar de que los hay muy buenos. Supongo que es el hecho de entender las claves, las referencias y las influencias y poder compartirlas. Entonces todo este movimiento de autores españoles de primer nivel me parece fascinante. Además, es que no es solo el mercado español. Estamos viviendo un momento donde los artistas españoles están copando todos los mercados, no sólo el de aquí o el estadounidense. Si miras Francia, te encuentras con Guarnido, Rubén Pellejero o Ana Millares. Y lo están dominando.

¡Y que siga así! Cambiando un poco de tema… ¿Cómo valoras Infinity War y todo el MCU a nivel aficionado?

A ver, yo entiendo totalmente la necesidad de hacer ese producto. Entiendo que Marvel haya encontrado esa oportunidad de volver a meter a los superhéroes en el imaginario de la gente pero yo me siento muy alejado. Pero básicamente porque yo ya me he leído esas cosas en los cómics y simplemente voy a ver cómo cambian un poco la historia o cómo meten los trucos para enganchar al público. De hecho, estaba viendo Infinity War y al lado había gente llorando cuando murió Spider-Man y no me lo podía creer. No va a morir Spider-Man, simplemente van a quitarse de en medio a algunos personajes que ya no les funcionan y para darle credibilidad tienen que matar momentáneamente a algunos de los importantes. Pero no, no me acerco a las películas de la forma emotiva de quien ve las historias por primera vez. Pero me ocurre lo mismo con los cómics, porque cuando los leo siempre estoy pendiente de los trucos que utiliza el autor y no de la historia. Y supongo que por eso estoy más interesado en leer cosas alejadas de lo que yo hago.

Y ya para terminar, ¿Para cuándo la continuación de Arrowsmith?

Pues mucho antes de lo que la gente se piensa y mucho más tarde de lo que yo hubiera querido. Lo cierto es que la continuación de Arrowsmith siempre ha estado en camino pero por un motivo o por otro nunca se ha dado el momento. Al final, cuando firmas un contrato con una editorial tienes que dedicarte a sus historias y no tienes tiempo para más. Sin embargo, yo tengo una cláusula para poder hacer Arrowsmith cuando quiera pero no te vas a poner a dibujar lo tuyo con el contrato recién firmado. Así que hemos tenido que buscar el momento idóneo para Kurt y para mi. Para nosotros, no es lo mismo encontrar tiempo para hacer un proyecto que para hacer este proyecto. Además, ha pasado mucho tiempo y la gente todavía nos muestra el cariño que le tiene al personaje ¡Incluso Sheldon!

¿Cómo te sentiste cuando lo viste sujetando tu obra en Big Bang Theory?

¡Es una locura! Tuvimos que firmar un contrato de cesión de derechos pero pensábamos que iba salir como de atrezzo, no tan en primer plano. Eso nos ha dado mucha repercusión ahora mismo. Además, ver a Neil Gaiman por allí y todo… ¡Increíble!

Pues eso ha sido todo ¡Muchas gracias por tu tiempo!

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